Las esencias del ballet de Camagüey en Rachel

Foto: Noranis León (bailarina)
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La carrera activa de una bailarina puede ser efímera, sin embargo, cuando deja en sus alumnos una huella, se mantiene danzando para siempre. Por eso, la joven Rachel Nápoles Santo-Domingo, mientras baila, también va disfrutando de la enseñanza. Lleva las dos cosas a la vez y le resultan igual de importantes.

Eso me dijo, escapada del ensayo del Ballet Contemporáneo de Camagüey, compañía de la que es parte. Para conversar unos minutos nos sentamos en el salón para invitados y, con la música de fondo, transitamos juntas por su preparación, que está muy ligada al Ballet de Camagüey.

Trayectoria

Rachel comenzó pequeña en el mundo de la danza, cursó la enseñanza primaria en la Vocacional de Artes y luego continuó su formación en la Academia de las Artes Vicentina de la Torres; al graduarse, por su buena preparación, fue seleccionada por el Ballet para formar parte del elenco. Allí se impregnó de toda la esencia del baile clásico durante cuatro años, los cuales para ella fueron muy hermosos.

Agradece mucho a la directora de la compañía camagüeyana, Regina María Balaguer, quien la formó como bailarina y actualmente la apoya, junto a otras profesoras, para perfilar su segunda labor que es la de enseñar en la propia Academia donde fue alumna.

Ahora baila en la Compañía Contemporánea porque quería probar estilos diferentes, pero asegura que donde quiera que vaya y en cualquiera de sus representaciones estará presente, en cada técnica, en los movimientos y en su corazón, las esencias del Ballet de Camagüey.

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