Crónica con zapatillas de media punta: Diego

Foto: José A. Cortiñas Friman
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Si usted es amante del ballet seguro al ver una zapatilla con cintas de inmediato escucha la música y se imagina a las bailarinas en el escenario, pero… ¿se ha preguntado quien diseña y repara ese accesorio imprescindible en la danza?

Tampoco yo lo había pensado hasta que fui a la casa de las bailarinas camagüeyanas, Elda María Almengor y Rosa María Rodríguez madre e hija que, por primera vez en la compañía, coincidieron sobre la escena, y conversando, descubrí que tienen en casa a otro miembro de la agrupación, quien durante 20 años fue el especialista de calzado artístico por un pedido del maestro Fernando Alonso.

Su Nombre es Diego Domingo Montoya, un apasionado a su trabajo, que es complejo y la vez delicado, pues del confort y la calidad de las zapatillas depende el desarrollo escénico de una bailarina.

Diego

Con mucha modestia atesora su linda amistad con El Maestro Fernando Alonso, creador de la compañía camagüeyana, pues era su tío político, pero su familiaridad era tan cercana que a todos lo presentaba como su sobrino. Lo recuerda como muy creativo, caballeroso con sus compañeras y consagrado a sus montajes a los que dedicaba mucho tiempo de investigación.

Un día en casa lo vio trabajar la zapatería, oficio que realizaba en sus ratos libres como hobby y le preguntó si no le gustaría dedicarse al calzado artístico del Ballet, lo invitó a visitar la sede de la agrupación, asistir a una función y despertó la magia.

Pasó un curso para acercarse a las interioridades de esa labor y llegó a ser el jefe de los demás especialistas pues se dividían según las categorías de las bailarinas.

Su labor

Diego siempre trabajó para las primeras figuras, pero el resto del elenco también llevaba tratamiento en su calzado, el que, gracias a la inventiva de todos, nunca faltó para una presentación, ni siquiera en los tiempos más crudos del período especial, pues las puntas fueron reforzadas con los más insospechados materiales caseros y la poli espuma disuelta en gasolina resultó una cola apropiada para resolver el pegado.

El respeto por los pies de las bailarinas los llevó a continuar superándose, pasó cursos de ortopedia y quiropedia, pues los tipos de pies varían y a todas no les funciona la misma zapatilla, algunas prefieren las de punta, otras las de media punta que es la más usual.

Sentir

Situaciones familiares llevaron a Diego a dejar de trabajar para el Ballet, pero su admiración por la compañía sigue intacta, siempre que puede asiste a las funciones y le colabora aún con trabajos de reparación de zapatillas, además las bailarinas que tiene en casa lo convidan a sus presentaciones.

Con las nuevas formas productivas, sueña con crear una marca de ese tipo de zapatos especializados, para rendir homenaje al maestro Fernando, quien lo llevó a descubrir su admiración tanto por esa delicada labor como por la danza.

Sus reflexiones

Por los pies comienza todo, el trabajo de cada obra se sustenta en ellos, los movimientos y bailes sobre el escenario dependen de un buen calzado, también por los pies conoció a su esposa Elda María hace 23 años, cuando aún ella bailaba.

Piensa que al ver una obra y que los talentos exhiban lo que usted fabrica, es un honor, ha trabajado para el cabaret Tropicana y para otras compañías importantes y ama su trabajo, asegura que aún hay Diego para seguir fabricando muchas más zapatillas. Su amor por la compañía es eterno y si de él depende; nunca faltará su apoyo para que los pies sigan marcando el compás.

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