Es la unidad el triunfo

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Foto de Juan García Molina

El 1ro de mayo de 1959, Camagüey celebró el primer Día Internacional de los Trabajadores luego del triunfo revolucionario. La presencia del comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán en un histórico discurso engrandece aún más la fecha. Tras 60 años, las memorias de Juan García Molina, un testigo presencial, devuelven el hecho con la misma energía de aquel momento.

 

 

Un joven de 81 años

Juan García Molina dedicó su vida a la medicina veterinaria y a su país. A sus 81 años de vida recuerda con emoción momentos trascendentales que el tiempo no ha logrado borrar de su memoria.

Era apenas un joven de 20 años al triunfo de la Revolución, pero desde los años de la lucha clandestina había demostrado su valía y fidelidad a la Patria. En los primeros meses de 1959 se desempeñaba como jefe de la Segunda Estación de Policía y por ello le tocó vivir de cerca aquel 1ro de mayo.

“Joaquín Agramonte, coordinador del Movimiento 26 de Julio en la provincia me mandó a buscar junto a otros compañeros. El objetivo era ayudar a mantener la disciplina y el orden durante el desfile, porque habían llegado muchas personas de todas partes, desde Jatibonico hasta Guáimaro. “Camagüey en aquel entonces era una provincia muy grande.”  Rememora García.

Sin embargo: “Camilo dijo que no hacía falta, que creía que Camagüey era un pueblo civilizado y como tal lo trataría y respondió con el carisma que lo asistía”.

Fue entonces cuando vio de cerca, por primera vez, a Camilo Cienfuegos. No imaginaba que unos meses más tarde, la historia los volvería a encontrar por motivos diferentes. Pero ese es material para otro encuentro.

Recuerdos de una ovación

Juan García hoy peina canas, pero recuerda claramente la emoción de aquel momento. La multitud esperaba con ansias el discurso del Héroe de Yaguajay. La expectativa y el fervor que se vivía hicieron que mujeres, hombres, niños y ancianos, acudieran a la cita, según Juan,“agenciándose todo tipo de transporte desde lugares distantes”.

El bullicio de la muchedumbre reinaba hasta que el Comandante del Ejército Rebelde pronunció su discurso y en uno de los más grandes momentos dijo: “es la unidad el triunfo. En la unidad está la verdadera consolidación de la Revolución y de la libertad que hoy disfrutamos”.

Esas palabras reviven durante la conversación. “Camilo habló con claridad al pueblo. Dijo que eran momentos de estar unidos, planteó los problemas a resolver y expresó que “había que seguir adelante con la revolución.”Así sintetiza Juan aquel llamado a la unidad que se mantiene hoy con la misma fuerza para los cubanos.

Luego añade: “cuando Camilo habló, el pueblo lo aplaudió con devoción y con ahínco”. Juan permanece en silencio unos segundos como si volviera atrás en el tiempo y continúa: “habló al pueblo de Camagüey con cariño y todos le respondieron con la lealtad que él merecía”.

Camagüey y Camilo

El jefe guerrillero llegó a la ciudad de los tinajones el día antes de la célebre conmemoración. Según recoge la historia recorrió las calles de la ciudad y se reunió con los organizadores del acto. Ya el 1ro de mayo encabezó el desfile junto a la multitud y se dirigió a los presentes en el Casino Campestre.

Su visita fue breve, ese mismo día partió. En esos momentos innumerables tareas ocupaban su tiempo, no obstante, fue honda la huella dejada en los presentes.

“Camagüey siempre ha querido a Camilo”, fueron las palabras de Juan García para describir la relación entre los agramontinos y uno de los hombres más importantes de la historia de Cuba.

Aunque han pasado 60 años de estos hechos, ese sentimiento embarga a quienes nacimos en esta tierra, a través de los recuerdos de unos y las historias que trascienden de una generación a la otra.

“Se ganó el respeto y la admiración de todos. Camilo también quería a Camagüey”, asegura Juan García Molina.

 

Foto: Heriberto Valdivia Jiménez

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