Desde que en 2017 la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, inauguró la Sala de Conciertos José Marín Varona, la música y la historia de ese notable compositor camagüeyano han regresado, para hacer justicia a su memoria.
Un cuadro gigante con su elegante imagen da la bienvenida al mágico sitio, que para su apertura contó con la presencia de uno de sus pocos descendientes aún vivo, el bisnieto Abelanio Pérez Marín; a quien se agradeció la gentileza de estar presente y con una reverencia emocionada, dejó saber que el sentimiento era recíproco.
Al conmemorase el aniversario 163 de su natalicio, es oportuno rememorar algunos pasajes importantes de su vida, que no solo están ligados a la música, pues sus ideales independentistas estaban presentes en su obra y actuar.
Trayectoria musical
Marín Varona fue un pianista, compositor, pedagogo y crítico musical, considerado en su época como uno de los artistas más representativos de la música de salón.
Según la investigadora Lourdes Cepero, un inventario a su prolífica obra incluye; una opereta, numerosas zarzuelas, tangos, valses, mazurkas, two-steps, canciones, guajiras y otros géneros criollos como danzón, habanera y guaracha.
Notable resulta su Álbum de piezas para piano, un Álbum de romanzas para triple y Caprichos cubanos, los cuales se dieron a conocer con el nombre genérico de Tropicales.
El último Álbum “caprichos cubanos”, fue premiado con medalla de plata en la Exposición Universal de París en 1900, ganador de diplomas y además conquistó el primer premio en la Exposición Nacional de 1911.
En sus afanes de divulgar los valores musicales de la isla, fue subdirector de la Gaceta Musical de la Habana y fundó la revista Cuba Musical, en la que ejerció como crítico de la especialidad. También fue profesor del Conservatorio Municipal de la Habana, miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, y presidente de su sección de música, durante varios años
Los ideales
Sus ideas independentistas, lo obligaron a partir a Cayo Hueso, debido a la presión de la Colonia Española, y en el exilio continuó ofreciendo conciertos, para apoyar y favorecer con algunos fondos la insurrección fuera de la isla.
Con la República naciente regresa y en 1902 fundó y dirigió hasta su muerte, la Banda del Cuerpo de Artillería, la que desde 1905 se convertiría en Banda del Estado Mayor del Ejército. Por tales motivos, según el criterio de varios musicólogos, Marín Varona debe reconocerse como el iniciador de las bandas militares en Cuba.
Como era de esperase de un patriota como él, una de las últimas veces que se vio en público fue aquel 24 de febrero de 1912, en la gala de develación de la estatua ecuestre de Ignacio Agramonte. Allí, la Banda del Cuartel General de la República estrenó la obertura Al Mayor, compuesta por Marín para la ocasión.
El 12 de septiembre de ese propio año murió en la Habana el sensible compositor, al despedir el cortejo la Banda de Infantería interpretó su memorable canción Acuérdate de mí. Hermosa manera de despedir a quien en vida fue un fiel defensor de la música, las bandas militares y el honor de su patria.
Justicia a la memoria
Son muchas las razones para sentirnos orgullosos de nuestra historia musical y de todos los creadores que la han enriquecido en el devenir de los tiempos.
La Sala de Conciertos que construyó la Oficina del Historiador, en la antigua capilla religiosa del viejo edificio ubicado en la intersección de las Calles San Pablo y Luaces, honra al músico camagüeyano desde hace 5 años, al llevar su nombre.
El escenario es un espacio para la buena música de todos los tiempos y se da a conocer la intensa obra del notable compositor, tan poco difundido en su tierra natal.
José Marín Varona, sin dudas está en el podio junto a todos los coterráneos, sus famosas Tropicales están llenas de inspiración y de ternura; descorramos las cortinas musicales para asistir a un concierto donde las melodías nos darán la razón.


