Somos esa mezcla indisoluble de historia, cultura y tradiciones. Trabajamos por mantener viva la esencia de una ciudad que enamora con sus encantos.
Desde que nacimos vivimos cada rehabilitación o restauración de los inmuebles como si fuera parte de nuestro patrimonio personal, porque cada edificación cuenta la historia de lo que hemos hecho y hacemos.
Las excavaciones arqueológicas nos reencuentran con los orígenes de nuestra dieta, con las costumbres de cada siglo; nos trasladan a otros tiempos.
Las expresiones artísticas conforman una de las partes imprescindibles dentro del todo por el trabajamos. Mientras la comunicación conecta cada célula para transmitir a lo interno y externo de la institución, cada acción que nos convierte en la Oficina del Historiador de Camagüey: un colectivo que sigue apostando por la preservación del patrimonio en la tierra de pastores y sombreros.
Valores, identidad y esa herencia que nos distingue se defiende minuto a minuto, no solo este 24 de febrero en que cumplimos un año más de labor, esa que inscribe proyectos en favor de la urbe, se atempera a los nuevos escenarios y encuentra la retroalimentación en la comunidad que mantiene viva cada idea.


