Camagüey es una tierra monumental en toda la extensión de la palabra, una veintena de sitios han sido declarados Monumento Nacional en esta demarcación.
Las primeras intenciones de otorgar tales distinciones en Camagüey están ligadas a la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro en 1973, durante las conmemoraciones del centenario de la caída en combate de Ignacio Agramonte.
En aquel entonces durante el recorrido de Fidel por la Casa Natal de El Mayor, la Quinta Simoni y el Potrero de Jimaguayú, se trató la posibilidad de otorgarle la distinción a estos lugares; aunque no fue hasta 1978 cuando se realizó de manera oficial el otorgamiento.
Sobresale de estos hechos el histórico discurso del Comandante en San Juan de Dios, espacio público que también ostenta hoy la condición de Monumento Nacional.
Las guerras por la independencia juegan un papel protagónico en los monumentos camagüeyanos, pues más de la mitad de ellos están vinculados a hechos históricos relacionados con las luchas por la liberación, lo que demuestra la alta tradición patriótica de los nacidos en esta tierra.
En los últimos años se ha puesto mucho empeño en la preservación de la memoria histórica de la ciudad, no es casual que de 2005 hasta la fecha hayan sido declarado como Monumento Nacional un total de 13 lugares.
Además, el número de monumentos locales crece casi por año, sobre todo luego de las labores acometidas en cuevas de la zona norte del territorio, así como en otros lugares donde ocurrieron importantes acontecimientos, entre ellos: la masacre de Pino III y la finca La Matilde, cuna del Himno Invasor.
De igual manera en sus calles y espacios públicos se pueden apreciar monumentos dedicados a importantes figuras como Salvador Cisneros Betancourt, Enrique José Varona, Manuel Ramón Silva, Gonzalo de Quesad. Patriotas de imperecedera impronta en la historia del Camagüey.
Sobresale, además, el dedicado a Ignacio Agramonte, tanto por la esmerada factura como por su emplazamiento en el propio corazón del centro histórico.
El cuidado y la preservación de estos sitios es fundamental para la difusión de la historia local y el legado a las nuevas generaciones de la heroica labor de sus predecesores, quienes pusieron en manos de los hijos de hoy la tarea de preservar la memoria histórica del Camagüey y la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad, que ostenta un fragmento del centro histórico principeño.