Un Tesoro Inusual

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Desde que el mundo es mundo las personas guardan riquezas, recuerdos de diversas índoles, documentos, pero jamás había visto un tesoro tan singular. Lo encontré en el reparto José Martí, al final de la calle Chino Manuel.

La propietaria es Noris Montero Miranda, una dulce abuela, que quiere compartir este secreto guardado en su familia, hace casi un siglo, pues desde el 27 de febrero de 1921, su abuelo recogió esta “Reliquia Santa de la Patria” y con la firma de varios testigos oculares y el cuño de la alcaldía, la puso en una cajita de tabacos para sus hijos y nietos.

El abuelo

Don Agustín de Miranda y Piloña fue coronel del Ejército Libertador, presenció el nacimiento de la Constitución de Guáimaro y todo lo relacionado a La Patria siempre fue prioridad para él.

Por eso, al pasar el tiempo y deteriorarse la casona donde tuvo lugar la Asamblea Constituyente aquel 10 de abril de 1869,  Agustín frente a la demolición del inmueble, con algunos de sus compatriotas, recogió un ladrillo de aquellas paredes, donde retumbaron las palabras de justicia y libertad.

En una suerte de testamento histórico, redactó los detalles del objeto y la importancia de preservarlo para sus hijos.

Así  reunió  las rúbricas de: Federico Varona, Capitán del Ejército Libertador y de los testigos presenciales de La Constitución de Guáimaro, Ezequiel Ávila y Pedro Hernández. Adjuntó al documento de autenticación una copia hecha a  máquina de los 29 acápites de aquella, la Primera Constitución de la República en Armas, expresión  de la voluntad del movimiento independentista cubano, y de la organización política que se dieron los libertadores de 1868.

El 12 de abril culminó la Asamblea y fueron nombrados Carlos Manuel de Céspedes como Presidente de la República de Cuba en Armas, Salvador Cisneros Betancourt como Presidente de la Cámara de Representantes e Ignacio Agramonte como Secretario de Guerra.

La Constitución de Guáimaro también dejó como saldo positivo para la Patria, la selección de la bandera de la estrella solitaria, o sea, la diseñada en 1849 por Miguel Teurbe Tolón ​como la bandera oficial de Cuba, mientras que el pabellón enarbolado por Céspedes en La Demajagua fue puesto en las sesiones de la Cámara de Representantes y conservada como parte del Tesoro Nacional. Se adoptó como himno oficial el compuesto el 20 de octubre de 1868 en Bayamo, por Perucho Figueredo. Ambos quedaron para siempre como símbolos de nuestra identidad.

Quién guardó el tesoro

La hija de Don Agustín de Miranda, Eva, se encargó de guardar la reliquia y hablar de ella a sus herederos. Sus 108 años de edad ya no le permiten el diálogo, por eso su hija Noris es quien cumpliendo la voluntad familiar, nos buscó para compartir esta bella historia.

Su nieto, Jorge Mario Palenzuela fue formado en La Escuela de Oficios de la Oficina del Historiador y su sensibilidad por el patrimonio lo trajo a nuestra puerta como guía de la aventura al pasado. De esta manera y acompañada  de mi colega María del Carmen  Pontón, quien disfruta tanto como yo de tales encuentros, caminamos hasta la apacible morada, donde con celo y orgullo se guarda el inusual tesoro.

Faltan pocos días para que la nueva constitución cubana entre en vigor y el próximo 10 de abril se cumplirán 150 años de aquella primera redactada por Ignacio Agramonte en tierras camagüeyanas. Parece que la connotación histórica de la efeméride conspiró para que descubriéramos esta conexión material. Al tomar el fragmento de ladrillo en mis manos sentí regresar en el tiempo y recibir el permiso para contarles esta experiencia.

En mi viaje al Guáimaro rebelde de 1869 me encontré con la fuerza de varios patriotas cubanos, escuché a Ana Betancourt exigir derechos para la mujer, de lo cual me enorgullezco como cubana, y finalmente…

Me conmovió  el orgullo patrio del Coronel  Agustín, hombre recto y de alto honor, quien con tanto esmero guardó el fragmento de ladrillo y lo legó a sus hijos y nietos, gracias a su visión de futuro hoy lo encontramos como huella palpable de aquella histórica Asamblea.

Fotos: Jesmir Varona Socías

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