El día de la diversidad que impulsó la Unesco

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Por: Oreidis Pimentel Pérez

Según Miguel Barnet “el multiculturalismo es la única vía para un mundo mejor, un multiculturalismo que sea fuente de riqueza y no pasto del otro, como un proceso, como yelmo contra la globalización que aplasta identidades.” Es esa diversidad la característica esencial de la humanidad, una fecha consagrada cada 21 de mayo para dar visibilidad a la pluralidad de los legados humanos.

Desde noviembre de 1994 la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU) pretendía reconocer a la diversidad cultural como patrimonio de la humanidad, pero la ratificación universal ocurrió en mayo de 2001 con la aprobación de la Declaración Universal de la UNESCO.

Varios países, uno de ellos Cuba, suscribieron en París durante el 2005 su afiliación a la convención sobre la protección y promoción de la variedad de legados humanos, a partir de lo cual sobrevinieron múltiples acciones científicas y divulgativas a escala global, incluso dentro de los llamados Objetivos del Milenio.

Si de concepto se hablara

Como definición, el concepto pudiera calificarse como el conjunto de expresiones que distinguen a una comunidad y por la forma en que dialogan entre sí las personas, los grupos, entre ellos y su colectividad; por tanto encontramos manifestaciones a través del lenguaje, la arquitectura, la música, los bailes, las creencias, las costumbres alimentarias, los oficios, la memoria oral y las tradiciones, entre otras.

Hacia esos estudios muchos intelectuales de Cuba y el mundo integran investigaciones sobre las raíces etno-antropológicas, en especial en un Tercer Mundo marcado por la esclavitud y el coloniaje. Por siglos los centros de poder utilizaron la antropología como herramienta política y de hegemonía, por eso al “Sur” le hace falta estudiarse y conocerse desde sus propios ojos, sin bibliografía viciada en idiomas europeos que nos indigenice y nos minimice.

El racismo, los desplazamientos por conflictos, las limpiezas étnicas, la imposición de costumbres e idiomas a los pueblos nativos, el robo de las tierras y destrucción de hábitats mediante la explotación minera y petrolera son algunos temas que resuenan desde Myanmar, las masacres en Palestina, las luchas fratricidas en Darfur, el Petén maya, la amazonia brasileña, las comunidades cristianas de Siria o las zonas mapuches de Chile como ejemplos contemporáneos de cuánto puede perderse de lo diverso de la humanidad por la intolerancia a lo diverso.

El ejemplo cubano

Cuba es una de las naciones cuya voluntad política impulsa el desarrollo sociocultural cada vez más inclusivo y favorece la participación en la conservación y el enriquecimiento de la identidad y la diversidad cultural. Un ejemplo específico lo encontramos en Camagüey, donde en su Oficina del Historiador de la ciudad, mediante una institución denominada Casa de la Diversidad Cultural Camagüeyana, se promueve una jornada científica que justo en el presente 2021 llega a su novena edición.

Cada 21 de mayo debe servir para jerarquizar diferentes discursos en medio de la globalización y las nuevas tecnologías, para hacer visibles a las minorías discriminadas y a las expresiones en peligro.

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