La necesidad de una ciudad próspera, instruida, libre de vagancia y ociosidad de sus habitantes, sobre todo de los jóvenes, obtuvo en la Diputación Patriótica de Puerto Príncipe a su más fiel defensora y artífice, quien a través de las acciones realizadas trató de elevar el nivel sociocultural y el desarrollo económico del territorio.
Su nacimiento se produce como parte de un contexto histórico en donde las ideas del pensamiento ilustrado, extendidas por las principales potencias europeas y sus colonias, se habían canalizado en el surgimiento de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País o las Reales Sociedades Patrióticas, instituciones propias de la Ilustración española y latinoamericana, de las que a su vez se desprendieron las diputaciones patrióticas.
En Cuba, un grupo de individuos pertenecientes a la burguesía criolla y española, entre los que se hallaban: Luis Peñalver, el Conde de Casa-Montalvo, Francisco Joseph Bassave y Juan Manuel O’Farril; solicitan a Don Luis de Las Casas, Capitán General de la Isla, la creación de la Sociedad Patriótica de La Habana; la cual fue aprobada por Real Orden de 15 de noviembre de 1792.
Desde sus inicios, estuvo organizada y estructurada por secciones: ciencia, educación, agricultura, comercio, industria, cultura, estudios sociales, estudios económicos. Además, contaba con estatutos, que expresaban la finalidad con que había sido creada: promover la agricultura y el comercio, la crianza del ganado, la industria popular y la educación e instrucción. Es necesario aclarar que tuvo diferentes nombres hasta que en 1899 comenzó a llamarse Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana.
Diputación Patriótica de Puerto Príncipe
Sin embargo, el propio desarrollo económico adquirido por algunas regiones del país justifica la afirmación del investigador Piñera, de que a partir de 1803 comience el proceso de fundación de las primeras Diputaciones Patrióticas derivadas de la asociación madre.
Según el estudioso, fueron instituciones de carácter social, creadas en el siglo XIX correctamente organizadas y estructuradas, adjuntas como filiales o dependencias de la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Su objetivo esencial fue fomentar el desarrollo económico, social y cultural en cada una de las regiones de la Isla donde fueron creadas.
De esta forma, se funda el 27 de mayo de 1803, la Diputación Patriótica de Puerto Príncipe; la cual agrupó en sus filas a algunas de las figuras principeñas más importantes y activas del período, entre las que sobresalen: Gaspar Betancourt Cisneros “El Lugareño”, quien llegó a ocupar la presidencia de la Diputación Patriótica; Manuel de Monteverde y Bello, quien en 1839 inaugura la cátedra de Jurisprudencia y Economía Política en el colegio “El Siglo” y Antonio Freire, fundador del periódico El Fanal.
Las acciones llevadas a cabo la convirtieron en la más importante durante los años 1803 y 1820, pues ejercieron una gran influencia en la población, vinculadas particularmente a la educación y específicamente a la fundación de escuelas públicas, a través de la creación de la sección de educación en 1816.
Sección de Educación
Entre las principales contribuciones en este sector encuentran: la creación y funcionamiento de la Academia de Matemática; la elaboración del Plan Navas, el cual constituyó el primer documento plenamente dedicado a reglamentar el desarrollo de la actividad educacional en Puerto Príncipe; la atención del negro en las escuelas públicas, aspecto contrapuesto a las disposiciones legales establecidas por España que limitaban su acceso a las escuelas; la fundación de la Real Academia de Jurisprudencia Práctica “San Fernando”; fundación de escuelas gratuitas para la educación de niñas pobres, anexa al Convento de las Ursulinas; elaboración y aprobación del Reglamento Oficial del Maestro.
Sección de Industria y Comercio
Por otra parte, la Diputación Patriótica de Puerto Príncipe, priorizó el establecimiento de la Sección de Industria y Comercio. Concretamente organizó la notoriedad de los concursos y exposiciones públicas de ganado que se celebraron en Puerto Príncipe durante el siglo XIX. Estos eventos sesionaron inicialmente en la barriada de La Vigía, pero a partir de 1853 fueron trasladados a La Caridad y pasaron a ser organizados por la Junta del Casino Campestre.
Con independencia de sus objetivos de índole expositiva y competitiva, estaban destinadas también a estimular la producción agropecuaria, mediante la asimilación y generalización de los adelantos más significativos de la ciencia y la tecnología.
Cada vez que se celebraba una feria, se publicaban en la prensa local las crónicas del suceso. Algunos de estos trabajos llegaron a constituir auténticas obras de divulgación científica en la rama agropecuaria. Entre ellos, merecen especial distinción el publicado por Manuel de Monteverde en 1858, el de Ignacio Agramonte (padre de El Mayor) y Joaquín Arteaga en 1865, el realizado por Antonio Freire y la escrita por Gaspar Betancourt Cisneros, crónica que tiene el mérito de reseñar la primera de todas las ferias que se realizadas.
Sin duda alguna, una de las tareas de más arduo empeño fue el establecimiento de un camino de hierro que sacara no solo de su aislamiento al comercio camagüeyano, sino también ayudara a la agricultura y las comunicaciones.
Gracias a la tenacidad en las iniciativas de Gaspar Betancourt Cisneros y acompañado por los hacendados Luis Loret de Mola y Tomás Pío Betancourt, luego de solicitarse, se obtuvo, el 10 de enero de 1837, la concesión extendida por el general Miguel Tacón, gobernador de la isla para la construcción de un ferrocarril que conectara a Puerto Príncipe y Nuevitas. Tras varios obstáculos que dificultaron su realización no es hasta 1851 que se completaron los 73 km extensión del proyecto de 1837.
Sección de Estudios Sociales
La diputación a través de la sección de Estudios Sociales buscó acercarse a las necesidades de la población y al urbanismo. Se ocupó de la estadística de la ciudad y su distrito; así como de los principales males que acechaban a la sociedad: la pobreza, indigencia, la vagancia. En cuanto al urbanismo, en 1835 hizo levantar a su costa, el plano topográfico de la ciudad, y al año siguiente su grabado e impresión.
Sección de Artes y Oficios
Con la sección de Artes y Oficios, entre otras cosas la diputación se proponía inclinar a la juventud al aprendizaje de ambas, para de esta forma convertirse en mejores ciudadanos. Gracias a esta acción muchos niños y adolescentes pobres, en su mayoría negros y mestizos, en muchos casos huérfanos, se vieron beneficiados.
Un gran porciento era practicante de los oficios de: zapatería, carpintería, comercio, tabaquería, talabartería, barbería-peluquería, sastrería, herrería, panadería, armería, entre otros. El aprendizaje transcurría entre 2 a 15 años y con él se pretendía que adquirieran hábitos industriales y económicos. Además, se proponía crear una base sólida de futuros trabajadores y con su profesión formaran un capital que les permitiese mejorar su situación.
Sección de Higiene y Salud
Ahora bien, la sociedad madre desde sus primeros momentos se ocupó de los dos problemas fundamentales epidemiológicos del momento en el país: viruela y fiebre amarilla. Para ello fundó la Junta Central de Vacunación y sus respectivas Juntas Subalternas en algunas de las principales ciudades del país, siendo Puerto Príncipe, una de ellas, debido a la importancia de combatir dichas enfermedades en las distintas regiones.
Por otro lado, bajo su auspicio, en 1834 se funda la academia de las parteras, la cual se abrió en un salón del Hospital de Nuestra Señora del Carmen y su director era Dr. D José de la Cruz Castellanos.
La Diputación Patriótica, aunque tuvo que enfrentar disímiles inconvenientes para el logro y establecimiento de los proyectos, demostró con creces la responsabilidad asumida para el desarrollo socio-económico y el enriquecimiento cultural de Puerto Príncipe; de ahí su influencia directa en la búsqueda de las potencialidades del territorio.
Bibliografía
Betancourt, Gaspar (2017). Escenas Cotidianas. Camagüey: Ediciones El Lugareño.
Luna, F. (2002). Cronología Camagüeyana 1514 – 1958. Camagüey: Ácana
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