Hace ya algunos años, en esta misma página tuvieron a bien publicarme un comentario que escribí para un Día de los padres, donde me referí a lo erróneo que resulta, desde mi punto de vista ,el dicho popular que dice “…madre hay una sola, padre es cualquiera…´´, cuestión esta que sigo sin entender como bien lo admití en aquella ocasión.
Pero hoy no me referiré a eso, no, sólo haré alusión a ese día, al pasado 20 de junio cuando Cuba recibió la noticia de que el candidato vacunal Soberana 02 lograba una eficacia de un 62 por ciento en sus dos dosis, y más aún cuando al otro día se anunció que Abdala, como ya sabemos, otro de nuestros candidatos, obtenía el 92,28 por ciento de eficacia con sus tres dosis.
¡Y mucho más al saber en días posteriores que ya Soberana 02 alcanzará por cientos de eficacia superiores en sus tres dosis!
Sin dudas un regalo esperanzador …
¡Qué clase de regalo para los padres cubanos!¡Qué clase de regalo para el mundo!
Sí, porque aunque con las grandes limitaciones de no haber podido celebrar como merecen ellos, o tal vez ni un beso haberles podido dar en muchos casos;este acontecimiento fue de lo mejor que este pequeño pero gigante país haya podido ofrecer a sus hijos en los últimos tiempos.
La esperanza siempre la tuvimos, la fe en que se convertirían en vacunas también, pero lo que muchos, puede ser, no pensamos en la cercanía de la fecha donde podríamos exhibir al mundo este triunfo merecido para nuestros científicos e investigadores, que vieron coronados sus postulados en un hecho concreto ,que logrará inmunizar a millones de seres humanos sean de donde sean, tengan la nacionalidad que tengan, estén donde estén.
Todos conformamos la raza humana y por eso en nuestros brazos volveremos a exhibir esa marca que desde pequeños acuñamos contra las enfermedades; esta no será una más, porque con ella contribuiremos a salvar al planeta de esta horrible pesadilla que hoy va cobrando tantas y tantas vidas.
ANHELO Y CONFIANZA…
En los brazos de muchos ya se encuentra este logro, y con la proximidad de los días otros muchos seremos beneficiarios de tan importante legado, de eso se trata, no solo de una simple inyección, sino de todo un esfuerzo y sabiduría que en nuestros cuerpos llevaremos para siempre.
Sea este pues, un simple, pero sentido homenaje a esos hombres de ciencia, por haber logrado en tan corto tiempo este regalo a la humanidad, y a esos padres que este año pudieron saborear, tal vez, sin un dulce fino, pero si con un hálito de confianza el obsequio recibido.


