Pregoneros y pregones…

Fotos: José A. Cortiñas Friman
Share on facebook
Share on twitter

Creo ya he tratado en algún que otro comentario el tema del cual hablaré hoy, pero estoy segura coincidirán conmigo en que es algo que a todos nos llama la atención y además; en reiteradas ocasiones necesitamos de los servicios que prestan: me refiero a pregoneros y pregones.

¿Quién no ha necesitado de un ajo, un ají, una cebolla, una calabaza u otro producto de los tantos que se anuncian por las calles, no solo actualmente, sino desde tiempos inmemoriales?

Pintorescos ejemplos

Pues sí, a diario escuchamos los más disímiles y pintorescos pregones calle arriba y calle abajo, y hasta nos ponemos en guardia y con el oído bien agudo para saber de qué se trata la venta; pues en algunas oportunidades ni se les entiende lo que proponen por la rapidez con que lo publican.

Y precisamente de este último tengo un ejemplo que me gustaría compartir con ustedes; se trata del señor que anda por toda la ciudad vendiendo escobas, haraganes, recogedores etc., y cuando se anuncia es como si dijera: “are are´´, por haraganes, y luego dice: “…are are y como hay…!´´ ¿simpático verdad?, y el que vende anoncillos, pero lo que usted oye es: “…ancillo dulceeee…´´.

Y en la década de finales de los noventa y comienzos del dos mil, recuerdo dos muy graciosos también, este vendía galleticas dulces que en el centro tenían una crema de fresa, o chocolate y pregonaba: “… ji, ji, ji, ji jimagua…´´ y otro que ofrecía aceite, pero no decía que era eso, y lo pregonaba así: “…voy pasando voy pasando, después no te estés lamentando, a la hora de estar cocinando…´´

Legado histórico

Amigos, como diría un tema musical: “…como cambian los tiempos…´´ ¿verdad?; siempre han existido estos personajes que van convidando a que usted adquiera algo de lo que ellos traen, pero cada época y momento histórico, tiene sus particularidades y como es lógico, también estos

Esos protagonistas de mi escrito, han variado sus formas de hacer ese, su oficio. Y, como es natural, también, van quedando en el imaginario popular y se van convirtiendo hasta en leyendas de un pueblo que llegan a formar parte de su patrimonio.

Por eso estoy segura de que, en el futuro, las próximas generaciones recordarán, estos y muchos otros ejemplos de pregones que irán surgiendo con el decursar de los años para quedarse y convertirse en una de las tantas historias del Camagüey.

Más relacionados