Luego de meses de silencio, en la escuela “Héroes del Moncada”, algarabía y júbilo volvieron a colmar los pasillos. En esta ocasión la vacunación en edades pediátricas fue protagonista.

Yudelis Pérez Carlos, directora de la institución, explicó que luego del ensayo clínico Ismaelillo en el que la escuela participó; asumir la vacunación representa una experiencia única; porque los centros educacionales, nunca habían sido escogidos como vacunatorios.

“El ensayo clínico nos dio la posibilidad de conocer sobre la vacunación clínica en Camagüey, además abrirles las puertas a nuestros niños con los mismos médicos del ensayo resulta un honor; partiendo que son diagnósticos especiales y un poco más complejos que los niños de la norma; y asumieron la responsabilidad valientemente de ayudarnos y enfrentar la tarea.”

La jornada también fue propicia para brindar el servicio a la escuela especial Antonio Suárez de niños sordos, ciegos e hipoacúsicos y a la escuela especial Ignacio Agramonte; junto a los infantes de la propia institución “Héroes del Moncada” que labora en la atención de pequeños con trastorno del espectro autista.

El agradecimiento a los padrinos de la escuela no se hizo esperar: “la Oficina del Historiador siempre nos acompaña y en esta ocasión no fue diferente; el apoyo con el talento artístico resultó vital. La actuación de Cebollita y Florecita les hizo a los niños sonreír y sentirse en un ambiente más acogedor junto a sus padres, luego de tanto tiempo de aislamiento social.”

Desde el prisma de la familia

Fernandito y su mamá Lizet vivieron una experiencia extraordinaria, el niño se sintió confiado y a pesar de su diagnóstico de trastorno del espectro autista, se dejó tomar la presión, vacunar y hasta dialogó algunas palabras con los médicos.

“Los padres nos sentimos muy emocionados porque el recibir ellos su primera dosis nos da tranquilidad. También influyó mucho la presencia de Cebollita y Florecita, porque él vino convencido y sin temor, pues aquí estarían sus payasos del alma.”

El mensaje a los padres que aún no han vivido la experiencia fue claro: “Pueden estar tranquilos el proceso es muy bonito y seguro; y se precisa que todos pasemos esa fase para poder ser más felices.”

 La comunicación desde la salud

Naglaidys y Aloima, especialistas de educación y promoción de salud compartieron junto a los niños la experiencia de la vacunación. Plegables y orientaciones precisas matizaron sus intervenciones.

“Es de nuestro interés conocer la opinión que tanto padres como niños tienen de la vacuna, el por qué se vienen a vacunar y de forma general explicar la importancia de la misma para inmunizarnos todos”, expresó Naglaidys.

Mientras Aloima acotó “que la felicidad de los niños es  inmensa, entran a la escuela confiados y dispuestos.”

La salud es el tesoro más preciado del ser humano por eso cumplir las medidas higiénicas sanitarias y hacer de la vacunación un suceso de esperanza en nuestra cotidianidad, representa un paso de avance en esta lucha de intensos meses contra el coronavirus.