Los estudiantes son la albacea perenne del conocimiento y los deseos de superación. En su alma se planta la semilla del futuro. Resulta imposible olvidar los tiempos en que notas y seminarios llenaban los días, en que aprender se volvía obligación para crecer; y en los que una nueva idea se convertía en futuro realizado.
Los aires del Día del Estudiante tocan cada letra de esta aprendiz que sin cansarse intenta plasmar una realidad y a la vez, rendir tributo a los muchos que en el mundo dieron sus vidas siendo precisamente estudiantes.
Recordando, porque la historia nos fortalece
Se inscribe en la memoria como antecedente el 28 de octubre de 1939, día del 21 aniversario de la Declaración de la Independencia de Checoslovaquia, día en que la resistencia de los checos contra el fascismo estalló en grandes manifestaciones de protesta en las calles de Praga, en ellas participaron un gran número de estudiantes.
En el enfrentamiento resultaron heridas varias personas y murieron dos. La noticia de su muerte multiplicó el repudio de la población y se convirtió en un llamamiento a intensificar la resistencia. Para el 15 de noviembre, día del entierro, las personas se lanzaron a las calles y realizaron actos de protesta en las universidades, las residencias estudiantiles de Praga y otras ciudades.
La respuesta de los nazis fue fulminante. De ahí que en la noche del 16 al 17 de noviembre cercaron las residencias estudiantiles, arrestaron, hostigaron a miles de estudiantes y fusilaron a 9 de ellos. El 17 de noviembre cerraron todas las instituciones checas de educación superior y enviaron a más de 1 200 alumnos al campo de concentración Sachsenhausen- Oraníeburg.
El nazifascismo no se detuvo en silenciar las ideas y la efervescencia patriótica de la juventud. El mundo se hizo eco de los sucesos ocurridos en Checoslovaquia; por lo que el 17 de noviembre se convirtió en un símbolo que inspiró el accionar del estudiantado en todo el mundo hasta convertirse en lo que es hoy: una jornada de solidaridad, por la paz, la libertad y la democracia.
Desde Camagüey
Por estos días las escuelas multiplican las sonrisas, se vuelven a tornar de colores y sueños por cumplir. En la plaza del Carmen la escuela primaria “Martha Abreu” espera con ansias el ajetreo cotidiano que envuelve el lugar. Mientras la “Héroes del Moncada”, donde los niños con trastorno del espectro autista encuentran su segunda casa; tiene todo listo para abrazar a sus educandos.
La Oficina del Historiador prepara acciones para acompañar a ambos centros educacionales y además dispone de un programa de actividades para retomar las clases en las aulas patrimoniales, cantera de la educación ciudadana y el amor por el patrimonio.
Este 17 de noviembre se retoman los deseos de aprender, de buscar en la sabiduría un camino para ser mejores personas.