Adagio a los amigos

Fotos: Cortesía de la autora
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Por: Caridad Gonzalez

Cuando llegan estos días donde se celebra algo que implica a muchos amigos, siempre caigo en la misma pregunta… ¿qué hago?, ¿a quién felicito sin que me quede nadie de los que quiero o no? Esta vez encontré una manera que me satisface

A propósito del evento que está celebrando de la AHS, Canto Adentro, sobre trovadores y trova contemporánea conversaré entonces, sobre un amigo en común, un amigo de todos aun cuando no lo hayas conocido, pues nos une su historia de vida y…la música: Luis Miguel Escalona Robaina

Luis Miguel Escalona Robaina… “Miguel, Miguelito o Escalona” para algunos; de padre pintor comercial y trovador, al que le debemos entonces, supongo, su acercamiento a la guitarra, camagüeyano de pura cepa, nacido en octubre del 1949, quien inicia su carrera como compositor por los años sesenta, específicamente en 1964, en la enseñanza Secundaria.

Miguelito inicia su labor como fundador del teatro Guiñol en Camagüey, en el año 1968, junto a ese otro grande de este terruño nuestro que es Mario Guerrero, su director hasta que falleció. Lo primero que hizo fue trabajar la utilería, como tramoyista y en la confección de títeres, que, en voz del maestro Guerrero… “tenía una gran habilidad en ese particular, integrándose a la actuación y convirtiéndose en uno de los mejores actores del Teatro Guiñol.”

Debuta como músico y actor en una obra llamada “Que viva el color”. En su crecimiento como miembro de esa agrupación se interesó por la dramaturgia y su primera incursión como director fue una adaptación del cuento “El canto de la Cigarra” de Onelio Jorge Cardoso, al cual llamo “Pequeños habitantes del monte”, incursionando en el teatro de figuras, espectáculo hermoso donde la música era personajes de medular importancia, lo que marcó la pauta en esa agrupación para obras posteriores.

Vivacce

En el patio de la Biblioteca Julio Antonio Mella de esta ciudad, se gesta un espacio que algunos llamaban ensayo abierto por la libertad de estructura del mismo, pero en realidad se llamaba Taller de conjugación, fundado por Verónica Hernández Placeres y Luciano Castillo, donde se reunían los miembros de la AHS de ese entonces y Miguelito estaba presente siempre, época de una efervescencia cultural muy marcada, donde…” apenas teníamos recursos, pero lo sustituimos por una gran imaginación y deseos enormes de trabajar”….afirma Luciano Castillo.

Escalona, guitarra al ristre, estaba en cuanta actividad cultural se realizaba acá en la ciudad. Tenía una necesidad imperiosa de reunir a los trovadores que se encontraba en su camino para colaborar en su desarrollo y cuando veía algo que le parecía talento musical en alguien, simplemente no descansaba hasta tenerlo a su lado y hacerle ver su valía. Era aglutinador, amigo, y compartía sus saberes. Silvio lo conoce a través de Noel Nicola, que le regaló un casete, por una cara de Augusto Blanca y del otro decía Miguel Escalona. Comenta que le pareció una manera de decir personal, diferente, contestataria.

De criterios fuertes y de una sinceridad aplastante, de corazón grande y de mirada certera, Escalona hizo amigos, como enemigos. Dice Kike, Juan Enrique Carballo, hoy guitarrista, compositor, vocalista de la agrupación Trova Camagüeyana, y en aquella época en que lo conocimos, un trovador universitario muy premiado por su excelente calidad, que, a los tres minutos de conversar con él; o lo odiabas a muerte o lo amabas para siempre…

Hay quien dice, que a Miguelito lo marcó siempre ese decir severo, crítico, irreverentemente fiel a sus criterios y principios, algunos piensan que hiriente, que no hacía concesiones y eso lo llevó a no ser visto con buenos ojos por muchos de los directivos de instituciones y organizaciones. de hecho, en el año 1972, donde reúnen a trovadores que estaban por todo el país, cantando, haciendo música comprometida. Miguelito no fue invitado a representar a Camagüey en el primer encuentro de jóvenes trovadores celebrado en Manzanillo y a pesar de todo se mantuvo fiel a sus creencias.

Luego de un tiempo vino la época de la agrupación: Canto Libre, donde su proceso creativo desde la composición creció hasta musicalizar obras y hacer un trabajo vocal, sugerente, complejo, destacando el poema “Peñas arriba” de Rubén Martínez Villena.

Su carácter, proyección, protagonismo, también contribuyó a que hasta hoy se resuma “Canto Libre”, en una de las agrupaciones más importantes del pasado siglo en la historia de la música de Camagüey y a mi modesto criterio, del país.

Allegro

Muy jovencita. Tendría 18, 20 años lo conocí. Íbamos mucho a la trova con Enrique, los amigos, sobre todo los domingos en la mañana cuando, salíamos de los ensayos en el Teatro Principal del Conjunto Artístico Maraguán, para ver a los viejos tocar.

Si a Pablito, Lombida, a pura trova, guitarra y dos voces maravillosas que no están físicamente hoy y a las que les debo una conversadita conmigo misma. Allí estaba, siempre, disfrutando su tabaco, su ron y la música. Nos sentábamos todos y se convertía en un día memorable, hoy, en retrospectiva y con treinta años más, aseguro que fueron días que nos formaron el carácter, el amor; por lo que hacemos y la ciudad.

Miguelito, conversador y certero

Me considero de las privilegiadas por escuchar de cerca sus canciones, porque comentamos al son de un trago de ron y unas cervezas planes para hacer proyectos interesantes en el Camagüey.

Su preocupación por que la Orquesta Sinfónica tuviera un director titular, porque los músicos se dieran su lugar y por escasos recursos económicos no vendieran su talento, porque la Casa de la Trova fuera siempre un lugar donde el trovador de guitarra en mano tuviera un espacio, un lugar, donde mostrar a los amigos o no, sus nuevas y viejas creaciones, porque cuando escuchó la canción que le hiciera Kike a nuestro hijo, expresara…” no quisiera parafrasear, pero esa canción sabe a mí”…porque insistió mucho en que siguiéramos estudiando y no dejáramos el Camagüey a pesar de todo, que no permitiéramos que los golpes nos sesgaran los sueños.

Agradecida siempre de haber estado con grandes, hoy Día Internacional de la Música, escribí de Escalona, ese que me decía mulatica hermosa o niña bonita, porque no quería ser repetitivo con mi nombre, que solo decía cuando lo entonaba en arpegio improvisado y entonces le decía Luisiño, me miraba serio y automáticamente esbozaba una sonrisa.

Un músico al que los jóvenes trovadores de esta ciudad, le están dedicando un evento llamado Canto Adentro, que bonito que recuerden, que hermoso mirando adelante, saber lo que estaba detrás, la base, el cimiento, la historia. Feliz día.

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