Como muestra del fervor revolucionario, el pueblo camagüeyano fiel heredero de los valores y la valentía de Agramonte; vistió de colores la Plaza de la Revolución.
Los trabajadores de la Oficina del Historiador de la ciudad se dieron cita bien temprano con pancartas, banderas y la contagiosa música de Rumbatá para desfilar por Cuba.
Un mar de pueblo acompañó la marcha por la victoria de un proyecto que este primero de enero cumplirá 63 años de victorias.