EL 5 de enero de 1936 nació en nuestra ciudad Álvaro Morell Álvarez. Desde muy temprana edad se vio en Álvaro su inquietud y preocupación ante toda injusticia y maltrato que estaba viviendo nuestro país por la brutal tiranía que encabezaba Fulgencio Batista.
En el año 1950 matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza y allí se relaciona con otros jóvenes. Estableciendo el diálogo entre ellos, donde coordinan ideas y acuerdan organizar un núcleo de avanzada. Fue uno de los principales dirigentes del estudiantado agramontino y miembro del Movimiento 26 de Julio.
Trayectoria revolucionaria
Con el sangriento Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 es que se inicia su etapa de lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista. Luego en los años 1953 y 1954 sirvieron para vincularse más estrechamente con otros jóvenes estudiantes, como Jesús Suárez Gayol y Cándido González Morales, con quienes compartió la dirección en la capital de la provincia el Movimiento 26 de Julio le correspondió asumir la responsabilidad del frente económico de la organización. Al destacarse en estas actividades comenzó hacer perseguido y vigilados por los sicarios del régimen. Fue detenido en distintas oportunidades por sus acciones de protesta en las calles agramontinas.
A causa de esto no le quedó más camino que tratar de incorporarse a la lucha guerrillera de la Sierra Maestra, pero tuvo serias dificultades en sus propósitos que lo obligaron a regresar al llano, y por su disciplina de militante se mantuvo firme en su frente como uno de los dirigentes provincial del Movimiento 26 de Julio.
Perseguido implacablemente por la tiranía, toma el camino del exilio hacia los Estados Unidos, y como una forma más efectiva de continuar su lucha se traslada a México, desde donde, según manifestó, le resultaría más fácil incorporarse a uno de los grupos con destino a la Sierra Maestra. En México hace contacto con revolucionarios, pero no logra materializar sus deseos con la prontitud que reclama su estado de ánimo.
Al regresar a nuestro país se une a una expedición que carecía de las mejores condiciones y emprende el viaje. A la altura de Punta de Xacatal, cerca de Veracruz, el barco expedicionario sufrió desperfectos en una hélice. Pero el valeroso joven y otros compañeros como Ramón Rodríguez quedaron abandonados en las aguas del Golfo el 26 de abril de 1958.
En la actualidad como una forma de recordar a tan valeroso joven revolucionario se encuentra una tarja en la Oficina Bancaria de la Plaza de los Trabajadores.