“Cuando transformamos un edificio, también transformamos el alma de sus moradores”.
Esta máxima de nuestro eterno Eusebio Leal, me inspira en muchas de mis crónicas, hoy la traigo a la luz una vez más, porque busco cuánto en el aspecto social trabaja la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.
No son meros números ni acciones, sino obras que al llegar a las personas transforman y tocan el alma para bien. Pudiéramos citar aquí a los proyectos de salud de la Casa Finlay, el proyecto la ciudad mira a sus ríos, las intervenciones a ciudadelas, cuarterías y edificios antiguos en notable deterioro, así como el apadrinar la Escuela para niños con trastornos del espectro autista.
Por tales motivos quiero compartir un encuentro que tuve hace un tiempo con los pacientes del proyecto de Arte-terapia: Renacer, arte y amor para la salud. Debo aclarar que el encuentro estuvo en pausa por la Covid y desde el mes de enero ha regresado con el número de integrantes algo diezmado, pero con la voluntad de sus especialistas intacta.
El encuentro
“Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando, cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo”. (Julio Cortázar)
Con esa convicción, arte y saberes se unen en un proyecto, que hace 20 años lleva adelante la MsC. de la psicología social, Norma Trigo, con pacientes psiquiátricos estabilizados en su tratamiento.
Bajo el deseo de hacerlos renacer a la sociedad, reúnen sus mejores dotes artísticas y cada jueves en el apacible patio de la Casa Natal de Carlos J. Finlay ensayan sus obras, comparten sus penas y alegrías, mientras emplean su tiempo en oxigenar el espíritu.
Como una gran familia, junto a Yeyi, el nombre por el que llaman cariñosamente a su Dra. reciben con agrado cada encuentro y se sienten halagados si alguien la visita, así le sucedió a esta cronista, quien fue a mirar de cerca y terminó adentro de la ronda de décimas y canciones.
Antecedentes
Con toda pasión puesta en su proyecto, Yeyi nos cuenta que al evolucionar la psiquiatría a finales de los años 90, se buscaba que los pacientes se rehabilitarán en su propia comunidad y ya no en hospitales, así afloraron varios proyectos.
Con el apoyo de la Casa de la Cultura Ignacio Agramonte, el suyo busca potenciar las aptitudes de los pacientes en la actuación, con ello logran desde el teatro, que canten, bailen, escriban poemas y memoricen textos, lo que fortalece su memoria a corto plazo.
La participación les permite recuperarse en menor tiempo, que quien solo lo hace con tratamiento médico.
En la Casa Natal del científico camagüeyano, encontraron su lugar definitivo hace unos 7 años, pues además de los encuentros, interactúan con sus trabajadores, hacen un café o una tizana matutina, que les permite familiarizarse y ser parte del colectivo.
La Casa cuenta con sus actuaciones para las diversas peñas que allí se desarrollan y de esta manera fluye el intercambio, el más reciente fue con el hogar de ancianos, donde han llevado su arte y alegría, para compartir con los abuelos.
Diversos lauros ha conquistado el proyecto en festivales culturales y fórum de ciencia, el más reciente efectuado en la Universidad de Camagüey le otorgó un premio relevante como Proyecto Socio-Cultural.
Desde adentro
Unos diez pacientes con diversos diagnósticos integran la arte- terapia “Renacer”, los hombres son mayoría, pero las tres damas que pude ver, me sorprendieron con sus voces tanto para el canto como para la declamación.
Yaremis García, es la especialista de la Casa que atiende el proyecto, actualizando los datos dice que han mermado los participantes después de la pandemia y aprovecha para invitar a los que quieran sumarse, pues los resultados son muy positivos.
Seguimos en el patio y nos interrumpe Pavel para saludar y de paso, ver con quien habla tanto la Doctora. Avisa que ya están esperando para regalarme una función, así que allá vamos…
La obra
A la sombra del laurel Pavel y Fausto ofrecen un chispazo de humor, Alma Rosa y Joaquín declaman y dramatizan un bello poema de amor, mientras Higinio regala una canción al olvido.
Para la revancha romántica llega María, bien serena le canta al cielo de verano, que se tornó brumoso casi al final, cuando apareció Diosdado a recordarnos con su canto que… los aretes que le faltan a la luna, los tiene guardados en el fondo del mar.
Fue esta una mañana grata, el espíritu de la Casona Finlay, estuvo plagada de poesía y musicalidad, me despido agradecida por el obsequio, llevo el alma llena de belleza y emociones, sobre todo por ver como desde su mundo, estas personas pueden aportarnos optimismo para transformarnos desde adentro
Gracias a la OHCC por esta obra de infinito amor, que busca la inclusión de todos.