En este mes de esparcimiento y celebraciones la Casa Carlos J. Finlay, perteneciente a la Oficina del Historiador de la ciudad, mantiene sus proyectos y actividades dedicadas a elevar la calidad de vida de la comunidad.
En este periodo estival, aunque algunos toman vacaciones, otros continúan con iniciativas y deseos de llenar la casa de alegrías.
Los niños no dejan de sorprendernos y se inscriben en el proyecto de Tai chi, Wushu y Qigong, que según Yosmel Murillo Carrero, presidente de la escuela cubana de estas artes marciales chinas y profesor al frente de la actividad: “tiene mucha aceptación pues los niños aprenden a manejar su energía interna, las técnicas de defensa personal y además utilizan su tiempo de ocio para mejorar su salud.”
También los proyectos de Tejidos criollos y el Planeta y yo, resultan recurrentes en el verano, dentro de la Casa. Mujeres de todas las edades se acercan con el interés de aprender esta técnica manual; mientras el medioambiente continúa siendo un bálsamo para niños y adolescentes le interesan conocer acerca de la Geominería y el planeta en que vivimos.
Con un total de 14 proyectos la Casa Carlos J Finlay, de la Oficina del Historiador, abre sus puertas a todos los interesados en el tema de salud. A partir del 4 de septiembre se retoma el proyecto de la dieta macrobiótica, con resultados muy halagüeños en pacientes con diversos padecimientos, de allí continuarán dándose cita los 13 restantes.
Si le interesa formar parte de alguno de ellos solo tiene que llamar al 32296745 y será atendido, porque el principal objetivo de la Casa es educar a la comunidad en la práctica de estilos de vida más saludables.