Retos de una declaratoria

Foto: Archivo OHCC
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El 7 de julio de 2008 un fragmento del Centro Histórico de la ciudad de Camagüey fue incluido en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, por sus siglas en inglés.

Ese día la noticia se expandió con rapidez en la ciudad y sin convocatoria alguna los camagüeyanos acudieron al Parque Ignacio Agramonte para festejar el suceso.

La Condición de Patrimonio Mundial no es inamovible. Hay precedentes como el Santuario del Órix de Arabia, en Omán, el Valle del Elba en Alemania y la ciudad de Liverpool donde ha sido retirada; por tanto, la declaratoria trajo consigo retos y responsabilidades para todos los camagüeyanos y de forma significativa para la Oficina del Historiador de la ciudad, como entidad administradora del bien patrimonial.

“Lo más complicado es que la gente entienda que vive en un lugar con condiciones excepcionales que no admite conductas que no se avengan con ese patrimonio. Pero eso es difícil y hay ejemplos que lo demuestran como la peatonalización de algunas arterias del Centro Histórico que no solo algunos ciudadanos no comprenden lo que eso significa para ellos mismos, sino que hay autoridades, incluso técnicas, que siguen pensando que las calles de una ciudad como esta están hechas para el vehículo y no es así. Fueron diseñadas para medios de transporte de tracción animal fundamentalmente”, comenta José Rodríguez Barreras, Director de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.

Acciones por nuestro patrimonio

Con el devenir de los años diversas son las intervenciones constructivas acometidas en la ciudad con la finalidad de preservar y enaltecer los valores patrimoniales de la misma. Desde cambios de usos compatibles con el valor de un inmueble, hasta la intervención de espacios públicos, como el proceso de rehabilitación en la calle Maceo y la peatonalización de arterias como República.

“Se ha hecho un esfuerzo importante porque la gente cuide lo que tiene, porque cuidando esos valores están cuidando su negocio, pues ese que lo va a visitar va a apreciar el patrimonio también. Tenemos mucho que aprender, mucho que comunicar y muchas cosas por hacer. Como alguien dijo alguna vez que Camagüey tenía el gran reto de aprender a vivir en una ciudad patrimonial”, agrega Rodríguez Barreras.

El desarrollo de la ciudad debe ir de la mano con el respeto, la conservación y el enaltecimiento de los valores patrimoniales, no pueden ser procesos separados. Por ello es responsabilidad de todos los habitantes preservar el legado de esta urbe, que tras un poco más de quinientos años sigue enseñándonos que el pasado y la modernidad pueden convivir con responsabilidad y orgullo.

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. Fan de los deportes, el cine y la música cubana. Catcher del equipo de softbol de la Prensa de Camagüey, actualmente los subcampeones de Cuba. Encargado de realizar los materiales televisivos en Audiovisuales Príncipe, Grupo de Comunicación de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.
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