Rhodas el eco de un Dulce Amor

Fotos: Cortesía de la autora
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Todos tenemos una banda sonora para nuestros tiempos felices, aunque no siempre seamos conscientes de esa sonoridad que nos trae recuerdos. El grupo camagüeyano Rhodas lo es, para muchos de los que fuimos adolescentes en los finales de la década del 80.

Volviendo a su eterna melodía “Dulce amor”, me aventuré a revivir la historia de esa popular banda de pop-rock que marcó un hito en la música cubana desde el Camagüey y que, a 30 años de su desaparición, duran sus huellas en jóvenes músicos del género.

Tony Comas

En la Calle Benavides casi esquina a Julio Sanguily, vive el rostro y voz de aquella mitológica banda: Tony Comas Lindo. La puerta de la casona está entre abierta, sobre la mesa fotos, cintas y recortes de periódicos, todo a media luz, nos esperan varios conciertos, así que damos play y se abren las cortinas musicales de Rhodas.

Este profesor de inglés hace más de 30 años en la Escuela de Idiomas de la provincia, ha guardado como su gran tesoro aquellos tiempos de fama, sobresaltos y gloria, donde no siempre todo fue bueno, pero al hacer su camino mucho se divirtieron mientras surcaban aquella historia que los llevó a ser el primer grupo de rock profesional en Cuba, abriendo una brecha para los continuadores.

Rhodas

El Coloso de Rodas era una gigantesca estatua del dios griego Helio (sol), que, según la tradición oral de esa isla, al erigirla agradecían a la deidad por protegerlos de grandes ataques de los conquistadores.

Así, sorteando dificultades, como el coloso, se alzó el grupo Rhodas camagüeyano. Con instrumentos recuperados o prestados, iniciaron sus ensayos y grabaron los primeros temas en Radio Cadena Agramonte, gracias a las habilidades y buenos deseos del realizador de sonidos y locutor: Fidel Arango de Quezada.

Al divulgar sus temas en la radio, pronto pegaron y fueron conocidos y tarareadas sus canciones por muchos seguidores, pero eran un misterio, los fans querían escucharlos tocar en vivo, había que organizar un concierto.

Desafiando azares y muchos apuros, hasta el de ser el día de un año bisiesto, el 29 de febrero de 1984, logran ofrecer su primer concierto en el teatro Tassende, allí comenzaron las leyendas, desde que el cantante se desnudaba en escena, hasta que cada uno de sus músicos tenían todas las mujeres que deseaban.

Nada más absurdo, cuenta Tony, yo era muy tímido y solo llegué a quitarme la chaqueta, porque era prestada y dificultaba los movimientos escénicos, además éramos todos casados y amábamos a nuestras chicas, solo el más joven era soltero y luego de ser secuestrado en un carro por una fanática enamorada, del susto sentó cabeza.

Está satisfecho y no se arrepiente de nada, muchas anécdotas lo sonrojan, como la de un esposo celoso, que fue a buscarlo y no en buena forma, porque su mujer lo adoraba; otra buena fue en la bodega del barrio, cuando buscaba las compotas de su bebé y la dependienta lo descubrió, anunció de quien se trataba, y allí terminó cantando a capela para las vecinas.

El profesor amante de su profesión, que nunca abandonó, recuerda con pena que la dirección de cultura no les “permitía” cantar en inglés, pero que en algunas ocasiones durante los conciertos interpretaban algún número en ese idioma.

La resistencia a lo nuevo hubo de poner muchas trabas a la naciente banda, que no se dejó amilanar y logró organizar en el año 1994 el Primer Festival de Rock de Camagüey, nombrado en la actualidad “Sonidos de la Ciudad”, que acaba de celebrar su edición número 15.

Referencias

En el libro A través de los obstáculos, de Nilo Núñez, fundador y director de Rhodas. En sus páginas se incluyen relatos de vivencias y anécdotas de la historia de la agrupación:

Dieciocho intensos e inolvidables años, a través de complicados y absurdos obstáculos a la música rock y al grupo que fundamos con el nombre de Rhodas, pero que, a pesar de todo, se convirtieron en la época más emocionante, arriesgada y divertida que he tenido el placer de vivir y compartir con las mejores personas que he conocido y con los mejores amigos que he tenido en toda mi vida, asegura el autor.

Temas para no olvidar

Grabaron muchos temas en el Estudio-11 de Radio Progreso, las cintas eran enviadas a los jóvenes de la misión en Angola, que regresaban conociendo las canciones de Rhodas: Amanda, está entre las más populares.

Su letra la inspiró una vertientina, madre adolescente, que fue privaba del niño y el trauma afectó su razón, deambulaba por el pueblo y bailaba en público, en su imaginación con un nudo en su falda sostenía al niño que le quitaron y dieron en adopción.

Tony no puede escoger un tema, sus recuerdos son electrizantes, pero el de su mayor madurez en la composición e interpretación, fue sin dudas Amanda.

El último concierto

La popular banda de pop rock, se presentó por última vez en un escenario en 1996, de allí sus integrantes tomaron diferentes rumbos. Formada por jóvenes que, con pasión, talento y valentía, supieron insertarse con su música en el paisaje del Camagüey, se apagaron sus melodías, pero dejaron trazado un camino para los seguidores del género, para quienes Rhodas aún como el coloso que le dio nombre: es inspiración.

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