El periódico El Cubano Libre, ¿una antesala del trabajo con los medios de comunicación?

Foto: Cortesía de la autora
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Más de una vez he oído a sus redactores lamentarse de que no se les remitan las disposiciones y extractos del diario de operaciones del General en Jefe, así como artículos y trabajos de los hijos de ese digno pueblo camagüeyano, al que yo hubiera abrazado con gusto a no ser por la distancia que de él me separa, aunque abrigo la esperanza de que será muy pronto…Antonio Maceo

Uno de los instrumentos primarios en la difusión del radicalismo liberal y la formación política de los ciudadanos fue la prensa plana. El Cubano Libre órgano oficial de los insurrectos, en tres etapas, puede considerarse como la antesala del subprograma del trabajo con los medios de comunicación.

El 3 de agosto de 1895 el Mayor General Antonio Maceo, reinauguró el periódico El Cubano Libre, fundado por Carlos Manuel de Céspedes en la contienda de 1868, el 18 de octubre, esta fue la primera etapa.

Luego del incendio de Bayamo dejó de publicarse. Reapareció el 4 de julio de 1869 en Camagüey. Se identifica en esta nueva etapa como Órgano de la República de Cuba y destaca en sus páginas todo lo relacionado con la Constitución de Guáimaro.

El Cubano Libre dejó de publicarse en 1871, luego de una patrulla enemiga destruyera sus instalaciones en un caserío de la zona de Florida, en Camagüey.

Segunda etapa

Al recorrer Maceo por la zona norte del Oriente cubano a inicios de la guerra de 1895 halló una imprenta abandonada en unos almacenes de Nipe, en Mayarí, primero, y en la llamada Cueva de Cayo Rey (denominada posteriormente Sao Corona), en las estribaciones de la Sierra de Nipe y la envió íntegramente a su campamento y dispuso de todo lo necesario para hacer funcionar la imprenta y reeditar en la manigua nuevamente el periódico insurrecto.

Escribió a su director, el capitán Mariano Corona Ferrer: “Bien, muy bien. Siga usted así. El Cubano Libre es un cuerpo de ejército compuesto de 12 columnas que se bate, se bate bien, diariamente, por la causa de Cuba. Los españoles darían algo por darle una carga. Mucho ojo y aprieten.”

En la imprenta del Cubano Libre se editó la primera cuartilla para aprender a leer y escribir de la República en Armas en 1896, escrita por Daniel fajardo Ortiz, codirector del periódico, utilizando este medio de comunicación contra el analfabetismo a favor de la conciencia revolucionaria.

El periódico mantenía informado a los combatientes de las acciones exitosas y también reveses del Ejército Libertador. Las ideas de José Martí sobre el gobierno futuro encontró el espacio oportuno. Se convocó a los morosos a la lucha, se hizo conciencia a los que estaban ya en la lucha de permanecer, no claudicar, de mantener sus principios y la fe de los combatientes en la manigua. Igualmente trasmitir la total transparencia de los gastos a la inmigración que contribuía con sus recursos financieros a la preparación de expedicionarios y envío de armas.

Con respecto al Camagüey, anotó el investigador José Luciano Franco una carta de Antonio Maceo a Salvador Cisneros Betancourt, el 8 de septiembre:

[…] Más de una vez he oído a sus redactores lamentarse de que no se les remitan las disposiciones y extractos del diario de operaciones del General en Jefe, así como artículos y trabajos de los hijos de ese digno pueblo camagüeyano, al que yo hubiera abrazado con gusto a no ser por la distancia que de él me separa, aunque abrigo la esperanza de que será muy pronto…

El periódico El Cubano Libre funcionó toda la Guerra Necesaria desde diversos lugares, salía cada sábado y era repartido a los campamentos y prefecturas por enlaces o correos, e inclusive era enviado al exterior a las comunidades de patriotas fundamentalmente en los Estados Unidos.

Publicó cerca de 100 ediciones, incluyendo los suplementos.

Tercera etapa, continuidad

Esta tradición de continuidad de la prensa mambisa en la manigua se reinició medio siglo después con el comandante Ernesto Che Guevara en la Sierra Maestra.

Bibliografía

Franco, José Luciano (1975) Antonio Maceo Apuntes para una historia de su vida, editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.

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