En torno al papel de la FMC en la sociedad cubana

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En los primeros meses de 1959 se llevó a cabo el proceso unitario del sector femenino cubano; dado que existían varias organizaciones de este tipo al momento del triunfo; mientras que otras habían surgido al calor del proceso. En una amplia asamblea nacional, en la cual participaron féminas revolucionarias de todo el país, fue creada la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960. Para su dirección fue elegida a Vilma Espín Guillois.

Su constitución, resultó ser además un paso importante en el camino de la unidad popular. Además, sus documentos rectores contienen explícitas ideas referidas a su papel como medio de la actividad político-ideológica del proyecto de la Revolución.

Labor de la organización

Su labor se encuentra encaminada, en pos del adelanto, incorporación, equidad de la mujer en todos los niveles y ámbitos de la sociedad, y la eliminación de la hegemonía patriarcal. Para ello ha desarrollado políticas y programas, puestos en práctica, fundamentalmente en el seno de las familias y vecinos. Así como tareas vinculadas con la formación de valores éticos y patrióticos en los niños y jóvenes, el combate de las indisciplinas sociales y el apoyo a las personas de la tercera edad.

En este sentido, es necesario destacar su influencia decisiva en la legislación cubana; pues en materia de familia, la federación ha participado en la comisión redactora del código, en el desarrollo y recopilación de la información en la consulta realizada a la población.

Congresos

Los congresos nacionales que celebra reafirman sus objetivos y funciones. Por ejemplo, en el IV Congreso, efectuado en 1987, se reforzó el tema sobre la relación escuela-familia; debido al rol educativo que ambos agentes socializadores cumplen en el desarrollo de la personalidad de los integrantes. Por otro lado, en el VI Congreso, realizado en 1995, como bien afirma Yanesy de la Caridad, se destaca la necesidad de actualizar permanentemente los programas de orientación, en función de que respondan a las necesidades e intereses crecientes y diferentes de las mujeres y las familias en los ámbitos comunitarios de cada casa.

Un paso decisivo

La investigadora, igualmente agrega que, la fundación del Centro de Estudios de la Mujer, en 1997 evidencia otro momento significativo en el desarrollo del quehacer científico de la organización. La decisión de ordenar y oficializar los estudios sobre la mujer, que venían desde hace tiempo desarrollándose, permitió elevar a la categoría de Centro de Estudios esta actividad bajo el principio de la estrecha vinculación entre la actividad científica y el trabajo de la organización en todos sus frentes.

Presente

La actuación de la FMC en la comunidad ha sido primordial; pues se ha convertido en un medio, cuyo accionar se ha enfocado en la re/ de/construcción de relaciones de género, sustentadas en las labores educativa, orientadora, preventiva y de atención social realizadas.

Conclusiones

El contexto cubano en el cual nació dicha organización ha cambiado, por ello los retos que se ciernen ante ella son mucho mayores. Ahora, las reflexiones hacia la emancipación de la mujer deben ir acompañadas de una mirada hacia las problemáticas que no solo enfrentan estas, sino también los hombres, así como otros grupos que se encuentran en desventaja social.

Bibliografía

Serrano Lorenzo, Yanesy de la Caridad. “La Federación de Mujeres Cubanas y su labor con las familias”. Revista Trabajo Social Vol. 20 n.˚ 2 (jul-dic 2018).

Yanes Watson, Berta Irailis. “La Federación de Mujeres Cubanas y su labor dentro de la sociedad para evitar desigualdad de género en Cuba”.  3er congreso internacional sobre Desigualdad Social, Educativa y Precarización en el Siglo XXI del 02 al 16 de noviembre 2018.

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