Herencia de mi abuela: un obelisco

Foto: Cortesía de la autora
Share on facebook
Share on twitter

Si sales de la ciudad en dirección al Oriente cubano, cerca del punto de control hay un obelisco que cuenta la historia, muy poco conocida, de un joven camagüeyano.

Hasta allá llegó la cronista, buscando algo escondido detrás de los descoloridos muros y la tarja de bronce, que muy brevemente menciona el combate y lugar donde Mario Águila Bernal perdió la vida.

El obelisco

Para mi sorpresa, a pesar de situarse alejado de casas e instituciones, encontré el espacio bien limpio y protegido, los vecinos del fondo, atienden el obelisco, chapean y barren. Sienten un vínculo especial con esa historia, que su abuela presenció y recordó por siempre.

Yamilka infante Fontes nació en ese lugar y desde muy pequeña se acercó a aquellos impresionantes sucesos que contaba su abuela una y otra vez. Así aprendió a compartirlos con cualquier visitante en un intento por resguardar esas memorias.

Aun cuando su pequeña de 6 meses demanda mucha atención, trata de que siempre esté limpio y dispuesto para acoger a los pioneros de la escuela cercana, a los jóvenes que reciben el carnet de la UJC y a los militares que son ascendidos, tradición que interrumpió la Covid y que, mucho le gustaría se retomara, para hacer honor a ese valiente de sólo 24 años, quien escribió con su sangre una página indeleble de nuestra historia local.

Quién fue Mario Águila Bernal

Un joven combatiente de la Seguridad del Estado, que ofrendó su vida por defender la de sus conciudadanos. Como miembro de la naciente organización, el 7 de agosto de 1962 intentaba interceptar a un grupo de elementos contrarrevolucionarios, que escapaban vía oriente para alzarse en armas.

La operación les dio seguimiento a los bandidos. Esperaron su salida de la ciudad para evitar el peligro de un tiroteo en la población. El enfrentamiento tuvo lugar en la curva de Santayana.

Los prófugos iban fuertemente armados con subametralladoras M-3, entre estos y los patrulleros se produjo un intenso tiroteo en el que resultó muerto un bandido y Mario fue herido gravemente en la cabeza. El 27 de agosto de 1962, luego de haberse hecho grandes esfuerzos por salvarle la vida falleció.

El joven era parte de la generación del centenario, su deber con la Revolución y su defensa era prioridad al enfrentar con valentía al enemigo armado. Su historia es un ejemplo de convicciones, que conmueve e inspira a los actuales miembros de la Seguridad, para hacer de su día a día un acto de entrega a la soberanía y la paz de la nación.

De regreso al obelisco

Después de rememorar la acción armada, la lluvia amenaza con un cielo que se oscureció de pronto sobre nosotras. Debo despedirme y en ese instante casi de salida, me expresa un deseo…

Quisiera que se divulgue más la biografía de Mario, regresen las visitas al monumento y vuelva a estar hermoso y engalanado; como estaba cuando era una niña.

Ante su sinceras y emotivas palabras por la preservación de la historia, me conmueve ver a esa joven con tantos sentimientos por un patriota que no conoció, entonces le pregunto el porqué de su entrega y con una dulce sonrisa, la hija en un brazo y el otro sobre la bandera asegura: por amor.

Más relacionados