Las transformaciones urbanísticas y toponímicas producidas a lo largo de los años en la ciudad de Camagüey, permiten realizar no solo una lectura contextual de su evolución, sino también interpretar desde un análisis simbólico los códigos citadinos.
Un poco de historia
Los comerciantes fueron los actores que mayormente incidieron desde el punto de vista urbano en el Camagüey del siglo XIX. Según Marcos Tamames, quizás sean ellos a los que se les deba el cambio de carácter de ciudad ganadera, a una ciudad de servicios o comercial, en correspondencia a sus funciones administrativas dentro de la jurisdicción y en la Isla. A ello, se le pudiera añadir su posible aporte al también carácter de ciudad intermedia.
Se preocuparon por el empedrado de calles, la renovación del mobiliario urbano en paseos y avenidas, entre otros aspectos. Poseían el capital para afrontar la transformación a escala urbana. Entre los más importantes códigos citadinos aportados entre 1800 y 1868 se encuentra, a la entrada oeste, la calzada O`Donell, desde la plaza de La Habana hasta la iglesia de Santa Ana.
Plaza de La Habana
Precisamente, de la Plaza de La Habana debemos decir que sufrió diferentes transformaciones lo largo de los años. Ubicada frente a la Quinta Simoni, fue conocida de esta forma por estar sobre el Camino Real de Cuba en dirección a la capital del país, y ser un lugar en el cual solían concentrarse viajeros y mercancías que salían o llegaban desde el occidente. En 1923, se acordó llamarla oficialmente Parque Carlos Manuel de Céspedes.
Parque Infantil José de la Luz y Caballero
En 1952 hubo un intento de cambio de nombre. Se pensó sustituirlo por el de José de la Luz y Caballero, pero el Ayuntamiento rechazó la solicitud, dándole el nombre del insigne maestro y pensador cubano solo al parque infantil, situado también en el área. Este nombramiento ocurrió el 26 de septiembre, de ese año.
No son nombres simplemente
Ahora bien, es válido agregar que el cambio de nombre de una institución, plaza, calle, implica, desde un lenguaje simbólico, un nuevo tipo de asociación; que muchas veces no logra romper del todo la relación anterior existente, porque involucra al mismo tiempo una transformación en la vida cotidiana.
La asimilación muchas veces se produce lentamente, por lo cual, en disímiles ocasiones, no es rentable hacer el cambio, pues no se concreta en el imaginario social. Teniendo en cuenta tales argumentos, se puede concluir que esas, pueden haber sido algunas de las razones para que dicho nombramiento no fructificase.
Bibliografía
Iglesia Utset, Marial. Las metáforas del cambio en la vida cotidiana: Cuba 1898-1902. La Habana: Ediciones Unión, 2010.
Tamames Henderson, Marcos. Protagonismo urbano en Puerto Príncipe entre 1800 y 1868. En Cuadernos de historia principeña 3. Patrimonio Legado al siglo XXI. Camagüey: Editorial Ácana, 2004.