Por: Lilian Mendieta Sosa
En el contexto actual, en el que influyen aspectos tanto de la escala global como de la local, Cuba adopta una nueva Ley de Recursos Naturales y Medioambiente -aún Anteproyecto de Ley- que contempla una amplia concepción de ámbitos como la calidad del aire, el tratamiento de residuos, la valoración del consumo y la producción; así como una visión actualizada del cambio climático, la gestión para las fuentes renovables, la biodiversidad, el agua y otros temas trascendentales para alcanzar el desarrollo sostenible.
Para lograr estas metas, resulta imprescindible integrar los logros científicos y tecnológicos con los conocimientos locales tradicionales de la población; a fin de propiciar la participación directa de las comunidades en la concepción, el desarrollo y el perfeccionamiento de los sistemas de producción, incluida la educación ambiental.
Teniendo en cuenta esta novedosa legislación y la Nueva Agenda Urbana 2030, hoy en el Plan Parcial y de Manejo de la Zona Patrimonio Cultural de la Humanidad (ZPCH) del Centro Histórico de la ciudad de Camagüey se actualiza la variable Medioambiente, con el objetivo de promover un desarrollo urbano sostenible, inclusivo y resiliente.
¿Cómo se estudia la dimensión ambiental en la OHCC?
Atendiendo al carácter totalizador del medioambiente como un sistema complejo de interrelaciones entre los subsistemas físico-natural, socioeconómico y construido se asume el análisis con un enfoque integral y sistémico (de retroalimentación) en la evaluación de impactos entre los tres subsistemas ya mencionados, como partes integrantes del Paisaje Urbano Histórico.
Este es, precisamente, el enfoque del estudio ambiental que se lleva a cabo en la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), cuyos principales indicadores y variables son:
– Valor: El tangible reconocido a escala urbana por las Zonas de Protección Patrimonial, atendiendo a la centralidad, trama urbana, hitos. A escala edificatoria, por los Grados de Protección de los inmuebles a partir de la tipología arquitectónica y el nivel de conservación. Además de lo intangible, por las costumbres, tradiciones y modos de vida.
– Transformaciones urbanas y arquitectónicas: Influyen en las condiciones de habitabilidad (fundamentalmente en la ventilación e iluminación natural, la espacialidad, el verde interior y urbano) -en estrecha relación con el clima urbano.
– Materiales y terminaciones identitarios: El barro y otros ambientalmente sostenibles.
– Calidad del aire: Ruidos, vibraciones y contaminantes generados por la vehicularidad y las acciones constructivas.
– Calidad del agua: Incluye el abasto, además del agua subterránea y superficial, atendiendo al enclave fluvial de la ciudad.
– Biodiversidad urbana: Comprende el sistema verde y la fauna asociada.
– Riesgo y vulnerabilidad: Natural -intensas lluvias, inundaciones, sequía-; estructural -referido al tipo y estado del fondo habitacional-; no estructural -tipo y estado de las redes de infraestructura urbana-; incendio -por predominio de factores de riesgo en el centro de servicios de ciudad-; sanitario -situación epidemiológica.
– Control urbano: Con indicadores referidos a la inocuidad de los alimentos, el manejo de los residuos, entre otros.
¿Qué acciones se implementan para mejorar la calidad ambiental en la ciudad?
A partir de la investigación aplicada y la innovación tecnológica, se han ejecutado varios proyectos. Entre los principales, se encuentran:
– Plan de peatonalización que contribuye a mejorar la calidad del aire en espacios de valor patrimonial, así como el impulso a la exteriorización de servicios para diversificar las ofertas a la población. Además, contribuye al desplazamiento de los altos flujos vehiculares hacia anillos periféricos.
– Rehabilitación integral urbana en las calles República, Maceo, Ignacio Agramonte e Independencia -ésta última en plan.
– Proyecto La Ciudad mira a sus ríos, con beneficios significativos en sus tres zonas de intervención.
– Campaña de Bien Público Ciudad que vivo, ciudad que soy, que incluyó acciones de mantenimiento, saneamiento, capacitación, comunicación y educación ciudadana.
– Rehabilitación de la Necrópolis de Camagüey, incluida la construcción de un Centro de Interpretación.
– Museo Ferroviario, proyecto dinamizador e integrador del entorno.
– Proyecto de Industrias Creativas y Culturales para contribuir a la dinamización de la vida cultural camagüeyana como promotora del desarrollo socioeconómico local, con la puesta en valor de su patrimonio cultural.
Aún queda mucho por hacer, pero en la medida en que la urbe exhiba una mejor calidad ambiental, también se beneficiará la calidad de vida de sus habitantes y el disfrute de la ciudad. De ahí, el llamado a la reflexión acerca de la responsabilidad social que tenemos todos y cada uno de quienes la habitamos.