El movimiento coral en Camagüey

Foto: Cortesía de la autora
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Por: Verónica Fernández Díaz

El origen del coro -como grupo de personas que cantan juntas bajo la directriz de otra que funge como su director- se encuentra en la interpretación de la tragedia griega, en la cual un conjunto mixto, de hombres o de mujeres, comentaban parte de la acción en una especie de canto recitado.

El coro también fue importante en otras culturas como la antigua Mesopotamia, Egipto y la India. En la Edad Media, el coro adquirió una función más litúrgica, y con el propio desarrollo musical conquistó otras connotaciones y amplió su presencia en géneros diversos de la música tanto popular como académica.

En Cuba, hacia el siglo XVIII, comienza a desarrollarse una música cercana a la coral, herencia de la madre España, que estuvo representada por la obra compositiva de Esteban Salas y Castro, autor de música profana y litúrgica.

Luego, en el siglo XIX, la representación de numerosas óperas, zarzuelas y operetas en tertulias, teatros, sociedades y liceos existentes en la Isla contribuyó al fortalecimiento del coro como formato. Y para el siglo XX, el arribo de nuevos migrantes españoles trajo consigo al orfeón como formación coral, diferente en el número de miembros y, por tanto, en su sonoridad.

Camagüey, que no estuvo ausente a estos procesos, contó desde el siglo XIX con agrupaciones corales ocasionales formadas bajo el impulso de la Sociedad Filarmónica, la Benemérita Sociedad Popular de Santa Cecilia y la Sociedad Casino Español. En estas sociedades era común la interpretación de partes corales de las más importantes óperas y zarzuelas de la época. Entre ellas, la ópera Norma, de Vicenzo Bellini, la zarzuela Jugar con fuego, de Francisco Barbieri y la opereta Galatea, de Franz von Suppé. Ya para el siglo XX, el compositor catalán avecinado en Camagüey, Félix Ráfols, creo el orfeón catalán bajo el auspicio de la Germanor catalana (Hermandad catalana) de Camagüey, dirigida por el empresario Hermenegildo Pijoan.

La primera presentación se efectuó en el teatro Avellaneda de la ciudad. Para esta agrupación coral compuso su Himno a Camagüey, con letra del poeta Virgilio Teixidó, que no se ha localizado en los archivos de la ciudad. Según se conoce, el himno se estrenó en un concierto benéfico dedicado a los niños del asilo San Juan de Dios.

El impulso de este orfeón preparó el terreno para que, al triunfo de la Revolución, proliferaran agrupaciones corales de aficionados en los sindicatos de diversos sectores sociales; así como el Coro Profesional de Camagüey, bajo el aliento creativo, una vez más, del maestro Jorge Luis Betancourt.

Creado el 12 de noviembre de 1960, la primera función del Coro de Camagüey tuvo lugar en el CV Deportivo, bajo el mando del profesor Guillermo de Jesús Cortina, quien asumió la dirección del coro durante una década. En ese período, participaron en diversas Jornadas Girón y festivales nacionales de coro programados por la Dirección de Cultura.

En 1973 se incorporó como directora la profesora Mercedes Soto, graduada de Dirección Coral en la Escuela Nacional de Arte. Con esta nueva directriz se trazan otras perspectivas de trabajo y se asumen proyectos que elevan la calidad interpretativa y amplían el repertorio coral.

Conformado por profesores y graduados de las escuelas de arte del territorio y dirigido por Emilia Díaz Chávez desde 1980, el repertorio de esta agrupación coral está integrado, sobre todo, por música cubana; aunque su repertorio abarca obras caribeñas, latinoamericanas, negros spiritual y otras del repertorio clásico. Sin embargo, durante su trayectoria artística solo han logrado grabar un LP en 1981 en los Estudios Siboney de Santiago de Cuba.

Es imposible hablar del Coro Profesional de Camagüey sin valorar las historias entretejidas en la madeja del tiempo. Pienso, por ejemplo, no solo en el movimiento de coros aficionados a inicios de la Revolución, sino en el vínculo con instituciones educacionales del territorio como el coro de la Escuela Profesional de Música dirigido por Mario Bustillo; otras agrupaciones vocales desprendidas del mismo como el grupo vocal Desandann; y acciones que asumieron algunos de sus miembros en determinados momentos, como la creación de coros infantiles y cantorías.

A ello se adiciona el hecho de que sus miembros han tenido la suerte de cantar bajo la batuta de destacadísimos directores de coro del país como Digna Guerra, Electo Silva, José A. Méndez, María Felicia Pérez, Andrés Arriaza y Santiago Fals.

Y mientras esperamos por la realización de un documental a cargo del Sectorial Provincial de Cultura, sirva este texto como homenaje a la principal agrupación coral del territorio camagüeyano en este, el Día Internacional del Canto Coral.

 

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