Cuando comienza un año nuevo, muchas son las proyecciones en torno al espacio familiar, laboral y personal. Más de un lista de deseos nos acompañan para trazarnos el camino de los 365 días que están por venir.

Entonces repasamos lo aprendido, las metas cumplidas y dejamos en punta aquellas que esperan ese momento perfecto. Así va la vida: con la constante propuesta de superación y esa actitud para enfrentar, a pesar de las circunstancias negativas, cada uno de los desafíos de lo cotidiano.

Los estudiantes, por ejemplo, aunque recesan en estas últimas jornadas, aspiran a terminar con notas satisfactorias. Están los que anhelan terminar el proceso de tesis y quienes se trazan nuevas rutas laborales; otros, quieren una familia. Quizás, muchos comiencen la relación anhelada o los sorprenda el amor.

Y estamos nosotros, un colectivo de trabajadores que en cada vuelta al sol apuesta por el cuidado del patrimonio y por salvaguardar los valores que hacen de esta urbe única y especial.

Desde la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey ansiamos que en el actuar de los ciudadanos agramontinos permanezca ese sentido de pertenencia por el suelo natal. También, que el visitante encuentre a su paso historia y apego a los suyos.

Por aquí, nos planteamos un 2023 lleno de deseos de hacer por la ciudad, su Centro Histórico y su gente, desde lo constructivo y lo sociocultural. Asimismo, resultará primordial el trabajo de conjunto con la población para erradicar acciones que empañen la imagen de espacios públicos de la Tierra de los Tinajones.

Para la Oficina será el año de los 26, marcado por otro encuentro fortuito en febrero con la razón de ser de la institución: los camagüeyanos. Desde aquí, el sitio donde se sueña una ciudad mejor, les deseamos: ¡Feliz año nuevo!