Multiplicamos esencias de mujer

Foto: Archivo OHCC
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Sin color preciso te describes entre los demás. Eres madre, amiga, el ser que brinda y sostiene la vida. Irradias tonalidades indescriptibles desde tu corazón. Representas el personaje elemental de novelas e historias de vida. Sin ti, ni el planeta tuviera nombre. Lo mismo cultivas un campo que estuvo invadido por el marabú, y lo haces producir, que viajas a la Luna segura de encontrar el amor.

Así eres, mujer, así somos; y me incluyo, porque el orgullo de pertenecer a un género imperfecto y discriminado históricamente, nos hace más fuertes y perfectibles, nos prepara para ser esas personas sin las que el hombre no puede vivir, sin las que cuesta respirar.

Decir mujer es hablar de maravilla, es colmar la atmósfera del sublime y exquisito olor a esperanza, es tomar el fusil y a la vez la flor con la misma ternura. Es cultivar esa semilla de la maternidad con el indescriptible sentimiento de traer al mundo un primogénito. Eso, es ser mujer.

Por eso en nuestra Historia se recoge con orgullo aquel 8 de marzo de 1931, cuando se celebró por primera vez en Cuba el Día Internacional de la Mujer, período en el que pensar en la celebración parecía utopía.

Según la historiografía nacional, en la celebración en la capital del país hicieron uso de la palabra Rosario Guillaume y Panchita Batet, del Sindicato Textil, en nombre del Comité Pro-Organización de la Mujer Trabajadora.

Cuba se alzaba como uno de los países más pequeños de Latinoamérica, con el mérito de defender los derechos de las féminas, que ya se hacían sentir.

En la Ciudad de los Tinajones se recuerda cada 8 de marzo la esencia valiente de mujeres que nos antecedieron y con sus acciones posibilitaron que, a inicios del siglo XX, las mujeres comenzáramos a luchar abiertamente por lo que nos pertenece.

En cada fémina vive una valiente Amalia Simoni, una orgullosa Tula, una inolvidable Aurelia Castillo. Hoy, con su ejemplo, multiplicamos esencias de mujer.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Camagüey (2014). Editora de textos. Profesora universitaria. Cubana 100%. Me encanta mi profesión, la música, la naturaleza. Adoro el amor de la familia y de los amigos sinceros. Confío en el mejoramiento humano. Defiendo los animales e irradio amor cuando escucho al dúo Buena Fe o cuando mi hija me dice que me ama.
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