Camagüeyanos en Girón

Fotos: José A. Cortiñas Friman
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Por: Ricardo Muñoz Gutiérrez

Varios camagüeyanos defendieron con honor y dieron la vida por la Patria

La historia de Cuba recoge con el nombre de “preludio de la invasión mercenaria de Girón” al sorpresivo bombardeo que a las 6:00 a.m. del 15 de abril de 1961 se realizó contra las bases aéreas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.

Varios milicianos -muchos, jóvenes- resultaron muertos o heridos. Se recuerda a aquel que antes de morir y con su propia sangre escribió “Fidel”; sin embargo, un hijo del Camagüey también ofrendó su vida y mostró lo corajudo de los buenos cubanos.

Rolando Espinosa López había nacido el 8 de febrero de1943 en la zona de Berra­co Gordo, territorio en el límite de Guáimaro y Najasa. Como muchos niños del campo de la época, comienza los estudios en la escuela de la zona y ayuda con su trabajo al sostén familiar; no logra aprender a leer y escribir.

Con 7 años traslada a caballo botijas de leche o lecheras desde una vaquería hasta un puesto cercano y a los 8 vende pan. Posteriormente, es empleado de una finca de la zona hasta los 16 años.

En 1958, Rolando intenta incorporarse a las fuer­zas rebeldes que comienzan a operar por la zona de Co­rojito de Vialla; pero, por su edad solo lo aceptan como mensajero.

Después del triunfo de enero de 1959 participa en tareas revolucionarias; se in­corpora a las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y es seleccionado para pasar un curso en La Habana; se alfabetiza, se adiestra en el manejo de diferentes armas y se incorpora a la artillería antiaérea de Ciudad Libertad.

En este puesto se encontraba cuando aquel amanecer de abril la metralla enemiga lo hiere y lo priva de los dos brazos. Los padres son llevados a La Habana y lloran al ver a su hijo gravemente herido. Rolando les responde: “(…) no lloren, la Revolución hay que defenderla, pa’lante y pa’lante”.

El 23 de abril de 1961, a los ocho días de haber sido herido, fallece Rolando Espinosa López cuando comen­zaba su vida adulta, tenía 18 años de edad.

No se puede perder tiempo

Cuando el 17 de abril se produce el desembarco mercenario por Bahía de Cochinos, miles de cubanos se disponen a la defensa de la Patria; entre ellos, el camagüeyano Dagoberto Rojas Montalván, quien había nacido el 4 de marzo de 1961 en Vertientes; en una casa donde solo reinaba la miseria, la necesidad de trabajar y el poco estudio.

En 1959 se incorpora a las MNR y participa en lucha contra los bandidos en Las Villas. Estando en esa provincia, conoce de la agresión, se traslada al central Australia y se incorpora al combate; pero es herido en un brazo. El joven de 20 años se niega a ser atendido, no puede perder tiempo y continúa en el combate.

Aviones enemigos, con insignias de las FAR, pasan en vuelo rasante, los combatientes saludan creyendo que defienden la Patria; pero, la realidad es otra. De sus ametralladoras salen cientos de plomos y Dagoberto es herido de nuevo; ahora mortalmente.

Un hombre de 16

Otro joven camagüeyano lo fue Rolando Valdivia Fernández, Roly. Había nacido en el central Agramonte, Florida, el 30 de mayo de 1945; aún siendo niño la familia se traslada para La Habana. Su padre los abandona y Roly tiene que empezar a trabajar para ayudar al hogar.

Ingresa a las MNR y se prepara como artillero. El 17 de abril entra en combate con una ametralladora, dos días después, un mortero enemigo da en pieza de artillería y es herido en un pulmón y la cabeza. Iba a cumplir 16 años, caía defendiendo la Patria.

Para que “si yo muero, sigas defendiendo la Revolución”

Macario Guevara Carvajal nació en Chambas el 10 de marzo de 1921, a los 10 años ya trabajaba. En Tabor se dedica a labores agrícola, se casa y tiene dos hijos.

Al fundarse las MNR se incorpora a las mismas en Tabor y se prepara militarmente. Estando en la Escuela de Milicia de Matanzas se produce la agresión, los milicianos de esta son de los primeros en frenar la agresión.

Macario es herido, su vida corre peligro en las semanas y meses siguientes, él sabe que va a morir y a su hermano le entrega el revólver:

-Toma este revólver para que si yo muero, sigas defendiendo la Revolución con él.

Gloria eterna a los que defienden la Patria.

Fuentes:

– Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC, Camagüey. Síntesis Biográficos de Mártires Camagüeyanos, 1953-1967, pp. 35-36, 63-64, 95-96.

– García Humberto: “Trabajo sobre nuestros mártires.” En Tínima, 1/82. Comisión de Historia del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Provincial del Partido. Camagüey. p. 14.

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