Bandas infantiles de Camagüey en la cultura musical de la República

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Por: Verónica Fernández Díaz

La vida musical camagüeyana durante la República se vio favorecida por diversas entidades musicales integradas por niños y jóvenes. Este panorama se debe a la influencia cultural norteamericana que, en materia de música, operó como un segundo momento de transculturación y contribuyó al auge de las bandas de música, ahora influidas por el jazz y las orquestas jazz band (bandas de jazz).

La aparición de estas agrupaciones contribuyó a un cambio importante en la sonoridad de nuestras agrupaciones de música popular. En este proceso de transculturación favorecedor al auge de bandas confluyeron, según Irina Guerra, tres factores fundamentales:

  1. El estilo de ejecución de los instrumentos de viento, que implantó los modos de hacer del ámbito popular en el repertorio de concierto.
  2. La introducción de una amplia gama de elementos musicales cubanos que enriqueció de manera notable los eventos sonoros de la banda.
  3. La aparición paulatina en su formato, de instrumentos que definían sus características tímbrico-rítmicas; los de percusión cubana. Como resultado de este último proceso se amplió considerablemente la sección percusiva y sus funciones musicales, al expandirse la esfera rítmica a la melódica.

Este comportamiento funcional de la banda cubana resultaba muy novedoso debido a que no se manifiesta en ninguno de los formatos instrumentales de las agrupaciones homólogas extranjeras.

En este «toma y daca» de influencias culturales, musicales, instrumentales, genéricas y hasta de comportamientos músico sociales, aparecen en el panorama sonoro camagüeyano tres agrupaciones bandísticas que involucran a los niños y jóvenes lugareños que fueron luego destacadas músicos: la Banda Infantil de Música, la Banda de Música Infantil y la Banda la Voz del Maestro.

La Banda Infantil de Música estuvo integrada por jóvenes menores de diecisiete años y funcionaba como banda-escuela. Entre los músicos formados en ella hemos descubierto los nombres de Pablo Álvarez, Reinaldo Larrinaga, Rafael Álvarez, Jorge Varona, Rafael Olmos, Antonio Quesada Agüero, Emiliano Toledo, Humberto Zaldívar y otros que luego pertenecieron a las mejores agrupaciones jazz band de la región.

Antonio Quesada Agüero destacó como compositor, instrumentista y director de orquestas y Emiliano Toledo fue más tarde uno de los más importantes músicos que dirigió la orquesta en los eventos “Cantándole al sol” y fungió como jurado de composición en tan necesario evento. También fue educando en la banda La voz del Maestro que dirigió Esteban Orta Gutiérrez.

Por su parte, Humberto Zaldívar Wambrug ejerció como instrumentista en la Banda Infantil Municipal dirigida por los maestros Joaquín Olivera y, luego, Modesto Pimienta. También fue parte de la banda de música juvenil La Voz del Maestro.

La Banda Infantil de Música era la oficial del municipio Camagüey en la década del ´40. Durante sus desfiles utilizaba uniforme azul y blanco y se presentaba habitualmente en el parque Agramonte haciendo popular la marcha Doble Águila, aunque tenía su residencia en el patio de la Academia Municipal de Música, donde se encuentra en la actualidad la Asamblea del Poder Popular.

Por su parte, la Banda de Música Infantil fue organizada y dirigida por el músico Luis Casas Romero en 1901. Estuvo integrada por cuarenta y cinco niños menores de catorce años que realizaban retretas y conciertos en el parque Agramonte y otros espacios públicos de la ciudad.

Con esta institución musical, Luis Casas Romero se inició en el mundo de las bandas de música a su regreso de la manigua, tanto en la dirección como en la actividad compositiva para el formato. Varios de sus integrantes pasaron a formar, en 1919, parte de la Banda Municipal de Camagüey.

La Banda la Voz del Maestro se escuchó alrededor de dieciocho años, desde 1940 hasta 1958-1959, aproximadamente. Radicó en la calle San Lorenzo, entre Desengaño y Campo Santo.

Su director, Esteban Orta, era entonces sargento maestre de la Banda Militar de Camagüey y creó la banda para integrar a jóvenes de la comunidad y otros a quienes enseñó a tocar los instrumentos e impartió conocimientos de solfeo y teoría de la música, por lo que la agrupación funcionaba como una especie de banda-escuela. Por ello, en su repertorio se ejecutó mucha música clásica.

Estas bandas, en fin, contribuyeron en la formación de músicos que luego fueron profesionales en su instrumento, la composición, la pedagogía y otros saberes relacionados con la música. Hoy, muchos municipios y las escuelas de arte de la provincia tienen sus bandas infanto-juveniles de música. Allí se sigue formando, como en las antecesoras, el futuro músico de banda. Ese que contribuye desde su individualidad como instrumentista, al embellecimiento de la ciudad a través del más universal de los lenguajes: la música.

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