El archivo de la Oficina del Historiador, por estar ubicado en los altos de la vieja estación del tren, se encuentra muy ligado a la historia del ferrocarril. Sus documentos y memoria histórica así lo evidencian.
Por eso, su equipo no pudo dejar pasar la fecha en que se honran a los trabajadores del ramo y organizó un encuentro con los que han tenido la gentileza de donar algunas de sus pertenencias, para ayudar a contar la rica historia del ferrocarril camagüeyano que fue el segundo en el país; y además trajo progreso y episodios a favor de la independencia.
El círculo de interés “Sobre rieles”, conformado por niños de la escuela Josué País, expuso una presentación desde la cual nos invitaron a subir a bordo para descubrir cuanto estuvo ligada la vida de muchas familias al coloso de hierro. La puntualidad de los trabajadores y la costumbre de sincronizar sus relojes con el del andén a las 10.00 AM es algo que se retoma con el regreso de la inspección de relojes en la terminal.
Los niños en el papel de maquinistas, ferromozas, bufeteros, retranqueros y pasajeros, explicaron la importancia de cada lugar en el tren, sus funciones y las razones y esfuerzos del Lugareño desde 1837, para traer ese medio de transporte al Camagüey.
En medio de tantos viajes sobre la vía, el historiador Yudel Entupiñán intercambió con los niños, para resaltar la historia de las luchas de 1868 y de 1895, donde líderes ferroviarios marcaron importantes acciones; y también en la de los años 50 por derrocar la dictadura de Batista, donde otros ofrendaron su vida, como fue el caso de Mario Arostegui.
Con el agradecimiento a los presentes, por donar documentos y objetos que ayudan a reconstruir toda esa bella historia y la invitación a apreciar una muestra de ellos, sonó el silbato que indica la partida para continuar este viaje en el tiempo que va por el camino de hierro.