Cuando el urbanismo enamora…

Foto: José A. Cortiñas Friman
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Dairys Brito Sosa es graduada de Ingeniería Civil desde 2013 en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, y ese mismo año llegó a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), a través del proceso de otorgamiento de plazas.

“La OHCC ha sido mi primer y único centro de trabajo hasta el momento, y tanto en el aspecto profesional como en lo personal me ha servido para crecer, gracias a las responsabilidades adquiridas y las personas que me rodean”, cuenta ella.

“Soy ingeniera de profesión, pero mis primeros pasos después de graduada me llevaron hacia un mundo que no conocía: el urbanismo; y lejos de darme miedo, poco a poco me fui enamorando de cada estudio, de cada trámite elaborado, pero sobre todo me fui enamorando de mi ciudad”, argumenta y entiendo de antemano una confesión que me hizo más adelante en la conversación.

De su área de trabajo expresa que allí la recibieron con todo el cariño del mundo y en retribución adquiriere conocimientos de personas que ya no están y de otras que permanecen.

“No te lo niego -confiesa- he tenido muchas ofertas de trabajos más afines con lo que estudié: trabajos a pie de obra como inversionista, incluso como proyectista; sin embargo, de corazón te digo que no cambio el urbanismo”.

Oportunidades…

“He tenido muchos momentos importantes en la institución, pero los que más me han marcado han sido la rehabilitación integral del Batey del Central Jaronú después del paso del huracán Irma y la reanimación del bulevar Presidente Gómez en Florida”. En la ejecución de esos proyectos estuvo a pie de obra como urbanista, una experiencia que describe como gratificante.

“Somos los primeros en llegar a esos objetos de obra para diagnosticar y proponer posibles soluciones -dígase cambios de usos, incorporación de nuevos servicios, estudios de vialidad, etc.- y sentir el agradecimiento de la población no tiene comparación”, afirma.

Dairys ha participado en varios eventos, talleres, simposios, seminarios locales, nacionales e internacionales desarrollados en Cuba. De esos momentos comparte su alegría y honor cuando tiene que tomar un micrófono y hablar de su ciudad y de la OHCC.

“Compartir e intercambiar con representantes de otras ciudades forma parte del crecimiento profesional. Mi primera experiencia representando la OHCC fue en el VIII Taller de Ciudades Patrimoniales Cubanas que se desarrolló en Cienfuegos en el año 2016. Fue un reto para mí porque el auditorio estaba lleno de puros urbanistas y planificadores, pero me sirvió como joven para dar ese primer paso”.

Dairys, ingeniera y amante del patrimonio camagüeyano, tiene una responsabilidad diaria: preservar la ciudad y el futuro de las nuevas generaciones.

La reconoce como una de sus misiones más importantes para mantener los valores tangibles e intangibles de nuestra ciudad, y así conservar la condición de Monumento Nacional de nuestro Centro Histórico, y de Patrimonio Cultural de la Humanidad en un fragmento de esa zona.

“De esa manera, estamos ayudando a que las nuevas generaciones conozcan y se enamoren de esta ciudad, y continúen la labor de preservar lo que tanto defendemos hoy”, sentencia una joven que hoy nos permite celebrar con orgullo el Día de la Mujer en la Ingeniería.

 

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