Yaquelín Noa Pérez comenzó a laborar en la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey (OHCC) desde muy joven. Con solo 23 años de edad y tres de formada en el Intituto Superior Pedagógico José Martí, asumió una tarea difícil, pues se adentraba en el mundo de la restauración, el patrimonio y la conservación.
Para Yaquelín, Máster en Ciencias de la Educación, estar tanto tiempo en la Escuela de Oficios Francisco Sánchez Betancourt, perteneciente a la OHCC, rodeadas de excelentes especialistas y conocedores del tema, exige preparación constante.
“Siempre estoy preparándome y acercándome a personas que conozcan del tema para estar capacitada y trasmitir a los jóvenes estas enseñanzas. No solo educamos a los jóvenes que forman parte de nuestro claustro, sino que, además, ganas una cultura general que te permite manifestarte, opinar e incentivar al resto de los ciudadanos con los cuales convives en la cotidianidad para mantener, cuidar y preservar los valores de nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
Como graduada de la especialidad de Construcción Civil, Yaquelín tiene la capacidad de impartir cualquier asignatura de la familia de la Construcción. Así que no asombra si menciona entre ellas Tecnología de plomería y de yeso, Historia de la arquitectura y actualmente Materiales de la Construcción, Tecnología de Albañil Integral y Seguridad y Salud en el Trabajo.
“Todas ellas tienen estrecha relación entre sí y podemos verlas desde la interdisciplinariedad, preparan al estudiante para que puedan desempeñarse en obras o talleres, desde el primer momento que comienzan a ejercer labores prácticas y por supuesto, para una vez graduados en su vida laboral; refiere la pedagoga.
¿Y qué es el magisterio para Yaquelin?
“El magisterio para mí no es más que la vocación y el altruismo de formar a otros seres humanos. El maestro es el actor principal de la educación en la sociedad, es el que guía, el mediador que facilita el aprendizaje a sus alumnos entre las tecnologías; lo que ve a pie de obra, lo que ve o ejecuta desde un taller.
“No podemos vernos solamente como alguien que enseña una materia, sino también como promotores que refuerzan los valores inculcados dentro del núcleo familiar. Nosotros trabajamos con jóvenes de diferentes edades y niveles educacionales, de allí entonces que tengamos que poner énfasis en la labor que realizamos cada día para que podamos verlos graduados a los dos años de estudio y eso genera una satisfacción pues sabes que lo preparaste para que salga listo para su nueva etapa laboral”.
