Cuando comencé en la radio, cada mañana iba a buscar una cinta magnetofónica cuya numeración estaba en el rango de los 11 mil. Con el tercer corte, marcaba la presentación y despedida de mi sección cultural; corte que hasta hoy mantiene esa sección en el noticiario de Radio Camagüey: Gaceta Principeña.
Todos aquellos estantes llenos de cajitas despertaban mi curiosidad, pues me interesaba conocer qué artistas y personalidades conservarían sus voces en esos enigmáticos rollos. Algunos los pude escuchar en las enormes máquinas reproductoras, pero con la era digital, que ya hace unos años vino a modernizar el sistema de la radio cubana, aquellos archivos sonoros duermen a buen recaudo en la Fonoteca de Radio Cadena Agramonte.
Por este archivo tan peculiar, te invito a acompañarme en un recorrido musical, de más de 80 años.
Qué guardan las cintas
De la mano de la coordinadora provincial del Departamento de Música para el sistema de la Radio en Camagüey y también fonotecaria: Yanisbel Mengano Turín, realizamos un viaje sonoro por regiones como la de los antiguos países europeos pertenecientes al campo Socialista, las Américas, Asia y terminamos en Cuba; adentrándonos un poco más en ritmos y voces del patio.
Así se disponen los anaqueles, para lograr un mejor orden y facilitar la búsqueda de información, como en cualquier archivo tradicional. A su vez, se dividen en música instrumental, variada y por géneros. En el caso de temas cantados, se subdividen por solistas, conjuntos y orquestas.
Aquella cinta por la que comencé a visitar la fonoteca no apareció. Los rollos marcados con los números once mil, están clasificados como música instrumental de varios intérpretes; pero al no recordar los dígitos siguientes, no pude localizar la cinta, sin embargo, descubrí algo muy interesante.
El ejemplar sonoro más antiguo que allí se conserva data de 1940 y es una cinta de variedades, entre las que se atesoran voces cubanas que marcaron la historia musical de la Isla, por aquellos años.
Nota obligada
Vale aclarar que, en esa década, emergen nuevos géneros cubanos como el Mambo, el Chachachá y el llamado Feeling; también el Bolero tenía un sitio vital y se convirtió en la contrapartida de los géneros extranjeros.
Para atesorar esas canciones surgen en las emisoras locales los estudios radiofónicos que, con el acompañamiento de una orquesta, fueron creando un vasto patrimonio musical; ese que ha llegado hasta hoy, justamente gracias a aquellas iniciativas, que contribuyeron a popularizar cantantes y agrupaciones de todo el país.
Voces para destacar
Entre los ejemplares que guarda la discoteca, existen cintas y discos de acetato con temas de Benny Moré y su banda gigante, Roberto Faz, la orquesta de Enrique Jorrín y de la emblemática Aragón.
Un sitial especial existe en el archivo para las voces del patio como lo es, sin dudas, la de nuestro Jorge González Allué con su Amorosa Guajira y el conjunto Los Agramontinos. También constituye un tesoro las grabaciones originales de Silvio Rodríguez, cuando estrenó en Camagüey en 1973 el tema dedicado a El Mayor.
Otras voces más actuales conforman el tesauro musical, entre ellas las de las bandas de rock Rhodas y Montserrat, que marcaron un hito entre los años 80-90 del pasado siglo.
También el Conjunto Dramático de Radio Cadena Agramonte, Nino Moncada, tiene algunas salvas, entre las que figuran radio novelas y dramatizados de diferentes etapas. Por eso, las voces de locutores y narradores inolvidables como Francisco Rivero, José Luis Cadena y Armando Morán, llegan a la actualidad para prestigiarnos.
Ese Departamento es el único dentro de la emisora que en la actualidad utiliza aún las cintas, para musicalizar novelas de época y así, lograr un ambiente antiguo.
La discotecaria o fonotecaria
Esa profesión, ya casi extinta, tuvo una labor imprescindible en las emisoras a finales de los años 90, cuando el sistema era de tecnología analógica, pues de su control dependían las selecciones musicales de varios espacios radiales.
Hace 22 años Yanisbel llego allí y quedó prendada ante tanta memoria histórica, artística y también política. Recuerda con precisión los discursos de Camilo y Fidel en Camagüey, presentados a inicios de la Revolución, que aún se conservan con técnicas de limpieza y climatización; ella asegura que se pueden escuchar con nitidez, con el seseo natural de la cinta (ruido característico cuando se ha grabado y sobre grabado varias veces), que nos señala cuán antiguo es el soporte magnetofónico.
A la vuelta de dos décadas, entre sonidos y cantos, la especialista tiene un amor especial por ese local, para ella estar en la Fonoteca es estar en casa.
Su experiencia actual la agradece en gran medida a sus antiguas compañeras de trabajo, de las que pudo aprender a moverse con soltura entre estantes y gavetas, para buscar con precisión cualquier pedido; pero también poco a poco, desde su lugar, aprendió a escuchar y a valorar la música de todos los tiempos.
Yanisbel, con su trabajo diario, retribuye a su profesión la oportunidad que le ha dado de conocer a varios artistas cubanos de gran popularidad, pues tras su paso por la Emisora, todos dejaban en sus archivos discos y afiches autografiados.
Presume la dicha de haberlos recibido de las propias manos de Adalberto Álvarez, David Blanco, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Hayla, Nassiry Lugo y muchos otros. Por eso, podemos catalogarla como una suerte de guardiana de la historia musical y sonora de la radio.