La primera etapa del periódico El Cubano Libre, prensa independiente y patriótica, fue en 1868, fundado por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes el 17 o 18 de octubre de 1868. Al estallar la guerra de 1895 el Titán de Bronce Antonio Maceo, lo hizo reaparecer el 3 de agosto de 1895.
Al respecto, existen documentos que refieren sobre el periódico incluso un día antes de su publicación, durante y después. El Mayor general Antonio Maceo en cartas al Mayor general a Máximo Gómez y a su esposa María Cabrales de Maceo subraya:
AL MAYOR GENERAL MÁXIMO GÓMEZ
San Sebastián, 2 de agosto de 1895.
Sr. Mayor General Máximo Gómez.
Camagüey.
Mi estimado amigo:
Le incluyo una carta de Gonzalito para usted, que mandó con la mía, abierta, como se la remito al Cuartel General de José Maceo.
Doy orden para que la comisión…que despacho hoy, lleve para usted El Cubano Libre, con la parte de todas las operaciones ejecutadas por este Cuerpo de Ejército, esperando que su contenido sea del agrado de usted; ojalá mande los suyos y documentos públicos para su publicación en el mismo periódico.
Estoy concluyendo la transición de diez mil rifles de que le hablé en ni anterior, para señalar día de partida para Las Villas y dejar este territorio a cargo de quien usted mande.
Por acá las operaciones del enemigo son muchas; tienen empeño en echar abajo este edificio; no dejan tranquilo a José Perico y a mí.
Supóngolo a usted ocupado en la formación del Gobierno. A propósito de éste, recibí comisionado de Quesada pidiéndome forme Gobierno Civil, aunque sea sólo en Oriente; dice ser indispensable los empréstitos. Le ordené a su procedencia manifestándole restar ya preparado este asunto.
Le quiere su amigo
Antonio Maceo.
A MARÍA CABRALES
Sra. María C. de Maceo Banabacoa, 20 de agosto de 1895
San José (Costa Rica).
Mo queridísima esposa:
Hoy recibí tu carta de 30 de mayo próximo pasado, cuyo contenido me ha llenado de verdadero placer y alegría; nunca me siento más feliz que cuando sé de tó.
Por los tres números de El Cubano Libre que te incluyo verás que ni soy muerto ni herido, que me conservo salvo y sano de culpa y pena; lo único que me atormenta es no haber cogido a Martínez Campos en ocasión tan propicia para nuestra causa. Se escapó huyendo por la montaña.
(…)
He escogido esta noche para contarte todo lo que pasa por acá, pero hay tantos mosquitos, que me estoy arrepintiendo de haber comenzado la tarea. En mi afán de aprovechar todas las ventajas que ofrecen la campaña y el deseo de hacerle daño al enemigo, no pierdo ocasión ni tiempo en detenerme; por pura necesidad lo he verificado un día desde que desembarqué. El campo es nuestro; y si los refuerzos españoles no llegan pronto, seremos dueños de todas las poblaciones de la Isla, las cuales se encuentran hoy completamente fortificadas y con cercas de alambre en todo el rededor de los pueblos y ciudades. Esperamos artillería, para acabar con los pericos y gente que nos es contraria. Concluida la próxima campaña Martinezca, de tres a cuatro meses, como dicen los españoles, tendrán que capitular y Cuba pasará a ser de sus hijos, no le quedará otro recurso, sus elementos se agotarán y su ejército desaparecerá envuelto en la tenebrosa noche de la muerte a bala, machete y vómito.
Seguiré enviándote El Cubano Libre con la regularidad que pueda.
(…)
Los españoles no se cansan de enviar asesinos a que me maten y espías a que descubran los campamentos de las fuerzas y mi residencia; pero todo es en vano, los que llegan los conquisto o desaparecen.
(…)
Es tan extenso el territorio que recorro a diario, que si no tuviera escalonados varios caballos, me sería imposible estar en todas partes.
No dejes de escribirme; tus cartas me tranquilizan; siempre que no las recibo creo que estás enferma y eso me preocupa. Sé lo delicada y sensible que eres tú y eso me ocasiona impaciencia. No dejes de llamar al Dr. Uribe para cualquier cosa que te aqueje, es el médico y caballero que yo quiero que en estos casos te vea y alivie tus constantes penalidades.
¿Cómo se porta contigo y con Cuba esa Emigración? ¿Qué hacen?
Saluda a Zambrana, Aníbal Santos, Dr. A. Esquivel, Enrique, Pepe y a todos los buenos que se acuerdan de mí.
Si la propuesta que el Presidente hizo a mi abogado es regular a juicio del mismo y del Dr. Zambrana, acéptala en el acto; vale más algo que nada.
Con un abrazo y mil cariños, se despide tu esposo que te quiere.
A. Maceo.
Bibliografía
Maceo, Antonio (1998) Ideología Política. Cartas y Otros Documentos, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.