A mi ilustre coterránea

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Comienza el mes de marzo y siempre pensamos en la llegada de la primavera, los homenajes a las mujeres en nuestro día bien instituido, por cierto, y gracias a que muchas de ellas allá por los años 1900 tuvieron la valentía de enfrentar los prejuicios que nos acechaban y defendieron contra viento y marea los derechos que merecíamos.

Llega también la Protesta de Baraguá, esa que nos demostró cuán intransigentes somos los cubanos y que con nosotros no se puede negociar en materia de principios, esa que cada día nos acompaña como símbolo de rebeldía y que tan claramente Maceo dejó plasmada para la historia y nos continuará acompañando mientras se trate de honor y dignidad.

Y claro, llega el día del nacimiento de una mujer que para  Camagüey se hace imprescindible rememorar, por su rebeldía, pureza de sentimientos , amor a la patria y a la tierra que la vio nacer, valores que fueron más fuertes que cualquier razón. El estar lejos de su patria le costaron tantas y tantas lágrimas y la hicieron escribir obras que quedaron enmarcadas entre las mejores de la literatura hispanoamericana de todos los tiempos, esa mujer de la que hablo, sin lugar a dudas es nuestra Gertrudis Gómez de Avellaneda, nuestra Tula, como cariñosamente la llamaron y continuamos haciéndolo cuando la nombramos

Una mujer, que para aquellos tiempos se adelantó con su pensamiento a todo. Con su genial inteligencia supo sobreponerse a las ataduras de la época y ser una verdadera guerrera de sus pasiones y sentimientos más puros y genuinos, una mujer que se alzó con su voz y con su pluma para expresar cuánto podemos hacer por conquistar un mundo mejor.

A solo horas del 205 aniversario de su natalicio, ella, y la magnífica escultura que preside la calle que lleva su nombre en nuestra ciudad, nos recuerda esos años vividos fuera de Cuba, los que nunca dejó de pensarla y amarla ,y pensando en ella escucho como un suave susurro los versos que inolvidablemente le dedicó al estar alejada de su tierra:

¡Perla del mar!/ ¡Estrella de Occidente! /¡Hermosa Cuba! /Tu brillante cielo la noche cubre con su opaco velo, como cubre el dolor mi triste frente…

A semejante mujer debemos recordar, admirar y horrar como merece en cada acción de amor por la ciudad, de orgullo por ser camagüeyano , por eso los invito a que cuando vean su figura, esa que gracias a las manos del artista de la plástica Sergio Roque y al empeño casi heroico de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la ubicaron en la entrada de la calle que lleva su nombre, la reverenciemos y contemplemos con orgullo y éxtasis, pues somos privilegiados de contar con alguien como ella, que nació en esta tierra de ilustres artistas, de tinajones e iglesias, de amor y tradiciones.

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