Para caminar el Centro Histórico camagüeyano no basta retar a los antiguos adoquines con los zapatos de la modernidad; hay que ponerse los espejuelos de la cultura y la historia. Entonces descubrirás elementos fabulosos de la identidad local y sitios que, a la vista, parecen un retrato en sepia de los abuelos fundadores. Esos privilegios, también fruto del trabajo y la disciplina, devienen en potencialidades enormes para la fundación de nuevas iniciativas.
Es que los espacios patrimoniales pueden ser también lugares para la creatividad y el arte, máxima principal del nuevo proyecto de industrias creativas que llevan a cabo la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey y las organizaciones no gubernamentales CARE Francia y Oikos.
Dinamizar los espacios públicos para la puesta en valor del patrimonio agramontino y a la vez lograr una gestión eficaz desde lo social, económico y cultural, es una de las misiones de este proyecto.
Para conocer algunas de las particularidades del mismo, esta reportera conversó con Kadir Agramonte Sánchez, Especialista en Investigaciones Sociales de la Oficina del Historiador.

¿En qué consiste el proyecto de las industrias creativas?
“Este proyecto es atípico porque la Oficina del Historiador no había incursionado anteriormente en un proyecto de este tipo. Hay antecedentes en las dos ONG que nos están acompañando: CARE Francia, en un proyecto similar en Cienfuegos con Trazos Libres y Oikos, en la Fábrica de Arte de La Habana. El objetivo es dinamizar los espacios públicos de la ciudad a través de acciones muy puntuales de promoción y gestión cultural y sobre todo, para crear arte.
“Se toman las cinco plazas fundacionales de la ciudad: el parque Agramonte, la plaza San Juan de Dios, la plaza de los Trabajadores, el parque Martí y la plaza del Carmen, cada una con sus plazuelas colindantes y sus ejes conectores. En este proyecto estamos tratando de involucrar la mayor cantidad de personas en cada uno de los espacios, partiendo de aquellos gestores por excelencia dentro de los lugares. De esta forma tenemos en cuenta a los Presidentes de Consejos Populares y los Delegados de Circunscripción, que son grandes dinamizadores de los espacios por su poder de convocatoria.
“El proyecto no parte de cero, sino con base en las propias experiencias que ya existen en esos lugares y sus promotores, como Carsueños y el estudio taller de Marta Jiménez. Ahora mismo estamos en fase de diseño de los instrumentos a aplicar para el diagnóstico de las potencialidades que posee cada uno de estos espacios.”
¿Qué retos profesionales y cívicos supondría este proyecto?
“El proyecto transitaría por dos etapas fundamentales y en un primer lugar, de capacitación con respecto al tema de las industrias creativas, para asumir esos retos profesionales. Tiene un período de duración de 4 años, hasta el 2024 y ya se han dado pasos muy importantes como lo es familiarizar a los especialistas de la dirección de Plan Maestro y la Dirección de Patrimonio, y ya tuvimos un primer contacto con un experto extranjero en temas de industrias creativas.
“Representa un gran reto porque anteriormente no habíamos manejado estos términos en la gestión cultural del Centro Histórico; si a partir de ahora vamos a gestionar la protección del patrimonio, lo haremos de una manera diferente: a través de las industrias creativas, que es enamorar a las personas del patrimonio histórico, pero mediante el arte y la creación, en general.”
Experiencias internacionales como las de Aracataca, Córdoba y Qatar avalan la viabilidad de un proyecto de este tipo.
¿Cómo se aplicaría específicamente en Camagüey?
“Pretendemos hacer una experiencia piloto en la Plaza San Juan de Dios y aplicar allí el instrumento de diagnóstico. Todos los especialistas nos concentraríamos en esa plaza y en dependencia de los resultados, será el tratamiento dado al resto de los espacios.
“Hay un especialista del Plan por cada una de estas plazas, rectorando el trabajo que se llevará a acabo en esos lugares, desde el diagnóstico, los levantamientos que se van a realizar, la identificación de los líderes… Se trata de un planeamiento del Centro Histórico de una manera diferente.

¿Qué impacto social pudiera tener el proyecto?
“Tendría un impacto muy positivo, primero para la gestión del patrimonio y luego para los actores de estos espacios, porque sería una forma de autogestionar su propia economía y su propio desarrollo”.
Reformular las prácticas y renovar las formas de pensar son vías seguras para una ciudad en desarrollo; por eso Camagüey apuesta por las industrias creativas, un camino patrimonial adoquinado por el arte.