La Reforma Agraria y Fidel en Camagüey en junio y julio de 1959

Foto: Cortesía del autor
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Por: Ricardo Muñoz Gutiérrez

Desde el año 1959 se comenzó a cumplir el Programa del Moncada. La medida más importante y radical fue la 1ra Ley de Reforma Agraria del 17 de mayo que afectó al sector latifundista más poderoso con la confiscación de 34, 987 caballerías.[1] Según el artículo 2b de la Ley, los propietarios de tierras dedicadas a la ganadería no fueron tan afectados ya que les permitía conservar un mayor monto por el número de ganado, por ciento de natalidad y régimen de alimentación.[2]

De inmediato, en Cuba y Camagüey los latifundistas y las diferentes asociantes que los representaban, mediante sus dirigentes, iniciaron una campaña contra la Ley. El 7 de junio de 1959, la Asociación Provincial de Ganaderos de Camagüey, acordaba

…su rechazo a la actual redacción de la Ley de Reforma Agraria, porque el brusco cambio de sistema económico del país traería aparejada la paralización de la economía con sus consecuencias inmediatas de hambre y miseria. Paralización que jamás podía ser imputada a las clases económica y sería una inevitable consecuencia de la propia repercusión de la ley cordada.[3]

No quedaron solo en la palabra; ese mismo mes los latifundistas comenzaron a dificultar el abastecimiento de carne a la nación y se negaron a comprar ganado a los pequeños y medianos propietarios que tradicionalmente vendían el ganado para que concluyeran su crecimiento y ceba en los grandes potreros o se encargaban de comercializarlos para su sacrificio.

Ante la situación que se vislumbraba, la Revolución —con Fidel al frente— defendió los verdaderos propósitos de la Reforma Agraria y la esencia de la campaña contrarrevolucionaria de los que siempre se han aprovechado del pueblo y en especial de los medianos y pequeños campesinos.

El 23 de junio, Fidel viaja a Camagüey y se reúne con la dirección del Instituto Nacional de Reforma Agraria, INRA, para analizar la aplicación de la Ley y acordar las medidas a ejecutar. Ante las cámaras del Canal 11 de la televisión de Camagüey, Fidel explica la política que el Gobierno Revolucionario seguiría al respecto. Denuncia como los grandes ganaderos, con su poder económico, convierten a los medianos y pequeños propietarios en sus víctimas. Además, desenmascara la campaña contrarrevolucionaria que hacían en nombre de ellos a los cuales no se le compraba el ganado y como los grandes cebadores de esta especie frenaban el sacrificio para provocar el hambre y culpar a la gestión del Gobierno Revolucionario.

Anuncia que ha dado instrucciones para intervenir todas las fincas de cebadores de más de 100 caballerías.[4]

En correspondencia con su modo de actuar y del contacto directo con el pueblo, informa sobre un próximo encuentro con los medianos y pequeños propietarios y les orienta no vender el ganado hasta entonces.

El 1º de julio, en el estadio de los trabajadores del Sindicato de Plantas Eléctricas, calle Palma esquina Ignacio Agramonte (entonces Estrada Palma) se reunieron alrededor de 5 000 personas,[5] la mayoría campesinos para escuchar las explicaciones y orientaciones de Fidel.

Aquí desenmascaró la campaña de los poderosos que trataban de confundir y anunció a los productores que no se preocupaban, que el INRA les compraría, a los que quisieran vender, todo el ganado que los latifundistas no querían comprar y, además, la Revolución los iba a proteger con recursos técnicos y créditos bancarios. Para dar fe de lo que dice entrega $ 4 500 000 para la compra de las primeras cabezas de ganado.

Demostró la confianza en ellos al pedir ayuda para organizar las cooperativas ganaderas y ser los administradores de los latifundios que serían intervenidos.

Otro paso importante en el enfrentamiento a los latifundistas fue la creación, en esa jornada, de la Asociación de Ganaderos Libres.

Durante estos dias, los mismos poderosos han ofrecido “ayuda” al Gobierno Revolucionario, dicen, para apoyar la Reforma Agraria; los colonos ofrecieron dos millones de pesos, los hacendados dos y medio millones y los ganaderos diez mil novillas cargadas para los campesinos que recibirán tierras. Fidel no aceptó las ofertas, pagadas con el mismo dinero que se hace la campaña contra la Reforma Agraria[6]

Por esos mismos dias, Camilo Cienfuegos ratificó las palabras de Fidel con la gracia típica de los cubanos:

-¡Con novilla o sin novilla, le partimos la siquitrilla!”[7]

Fuentes:

Adelante, 24 de junio de 1959 y 2 de julio de 1989.

– Colectivo de autores: “Historia de la provincia de Camagüey.” Inédito. En Comité Provincial del PCC, Camagüey. Inédito.

– Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Cuba: Altas de Camagüey. Editado por el La Habana, 1989.

– Núñez Jiménez, Antonio: En marcha con Fidel. Editorial de Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, Cuba, 1982.

[1] Altas de Camagüey. Editado por el Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Cuba. La Habana, 1989, p. 108. “En Historia de la provincia de Camagüey.” Inédito,

[2] “Leyes del Gobierno Revolucionario. Ley de Reforma Agraria,” Capítulo I, Artículo 2, aspecto B. Revista Vida y Salud, La Habana, 1959, p. 19. “En Historia de la provincia de Camagüey.” Inédito.

[3] Núñez Jiménez, Antonio: En marcha con Fidel. p. 171.

[4] Antonio Núñez Jiménez: En marcha con Fidel. p. 174.

[5] El número de participantes varía según las fuentes.

[6] Antonio Núñez Jiménez: En marcha con Fidel. p. 191.

[7] Antonio Núñez Jiménez: En marcha con Fidel. p. 175.

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