Camagüeyanos caídos en diciembre de 1958 en el enfrentamiento a la dictadura

Foto: Archivo OHCC
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El territorio agramontino fue escenario de importantes acontecimientos durante la lucha clandestina y del Ejército Rebelde, así como el contexto de los antecedentes patrióticos, políticos y sociales de toda esta etapa que presidió al triunfo de la revolución. La juventud camagüeyana siempre estuvo dando un paso al frente y siendo la parte más radical ante la dictadura batistiana, saboteando mitines electorales, repartiendo proclamas, acciones de atentados y sabotajes. Como respuesta a esos hechos los esbirros tomaron como norma regar por la ciudad los cadáveres de revolucionarios torturados para sembrar el terror, despertando, por el contrario, la cólera popular.

En los últimos días de 1958 aparecen once cadáveres en diferentes puntos de la ciudad. Ejemplo de estas monstruosidades son los asesinatos ocurridos los días 12 y 16 de diciembre. El 12 de diciembre en el puente del río Hatibonico, aparecen los cadáveres de Melchor Batista Varona, Roberto García Blanco, Rafael González Osorio y Máximo Martínez Cabrera; quienes fueron torturados y golpeados salvajemente días antes por la tiranía batistiana, para que informaran sobre la ubicación de las tropas del Ejército Rebelde, pero el silencio siempre fue su respuesta.

Para el 16 de diciembre aparecen los cadáveres de Juan Félix Quintanilla, Antonio Suárez Domínguez y José Ramón Sánchez Artiles; jóvenes asesinados cerca de la céntrica plaza de Maceo, los cuales estuvieron detenidos en el antiguo cuartel Agramonte, donde fueron salvajemente torturados. Este hecho no impidió que la juventud camagüeyana siguiera adelante luchando por ver cumplido su ideal de una Cuba libre.

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