Breves apuntes sobre “La Hermandad Ferroviaria de Cuba”

Fotos: Cortesía del autor
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Al conmemorar un nuevo aniversario de la fundación de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, no podemos olvidar que un 2 de febrero pero de 1924 se constituyó en la calle Santa Rosa número 30 “La Hermandad Ferroviaria de Cuba”, heredera de “La Hermandad de Ferrocarrileros”, fundada el 6 de julio de 1920. En su seno se unieron los maquinistas, fogoneros y telegrafistas The Cuba Railroad Company; a través de ella se representaban los intereses ante la empresa mediante delegados designados de los más de 350 miembros que conformaron la organización en sus inicios.

La notoriedad que fue alcanzando “La Hermandad” dentro de la industria ferroviaria cubana  en defensa de los trabajadores camagüeyanos afiliados a ella, a pesar de la reconocida tendencia reformista dentro del gremio ferroviario de que su primer presidente  Andrés Otero Bosch; llevó a que en solo cuatro años se creara “La Hermandad Ferroviaria de Cuba” rebasando los límites locales de su antecesora ; reuniendo  en su seno a trabajdores pertenecientes a las diversas empresas ferroviarias públicas y privadas existentes en Cuba.

esde el propio 2 de febrero se multiplicaron las delegaciones como La Habana, Santa Clara, Sagua la Grande, Caibarién, Cruces, Cárdenas, Cienfuegos, Matanzas, Puerto Padre, en las dos empresas existentes en Guantánamo y en Santiago de Cuba; hasta llegar a catorce en todo el país hacia finales de 1924.

En Camagüey recaería la Dirección Central, y al frente de la misma quedó Andrés Otero Bosch antiguo presidente de la Hermandad camagüeyana, acompañado como vicepresidente Juan Arévalo quien estaría al frente de la delegación número 2 de La Habana y Manuel Castellanos como Asesor Legal.

Entre sus principales objetivos estaba mantener la mayor fraternidad entre las empresas, sus empleados, obreros y con ello poder evitar que incumplieran los deberes y derechos entre ambas partes. Para lo que proponían tomar parte por medio de los delegados en las decisiones entre las diferentes compañías ferroviarias y los trabajadores para que con esta cooperación alcanza el mejoramiento material y moral de sus asociados. Lo que beneficiaria significativamente en las condiciones de vida de todos los ferroviarios sin distinción de compañía.

La nueva organización buscó también desde su fundación poder obtener una mayor armonía y compenetración de ideales entre sus afiliados estrechando sus laciones de cordialidad con las demás actividades obreras ejemplo:  el gremio de Braceros y Estibadores de Puerto Tarafa, Gremio de Marina de Puerto Tarafa, con el Sindicato de la Sección Portuaria de Pastelillo, la Unión Sindical de Obreros Marinos y Portuarios de Antilla y la Unión de Trabajadores Marítimos de Boquerón.

Apuntando

Es importante mencionar que solo dos agrupaciones obreras vinculadas al ferrocarril y radicadas en la provincia de Camagüey no se unieron y se mantuvieron al margen de la Hermandad. “La Unión” gremio fundado en 1916 y al que pertenecían casi en su totalidad los obreros de los Talleres The Cuba Railroad Company en Camagüey. La otra llamada también “La Unión” que agrupaba a los empleados del Ferrocarriles del Norte Cuba con centro en la ciudad de Morón en 1916.

Podemos expresar que dos factores fueron determinantes para la fundación de La Hermandad Ferroviaria de Cuba en 1924, uno que desde inicio de las operaciones por parte de The Cuba Railroad Company, la lucha por las reivindicaciones de los obreros pertenecientes a ella tuvo su mayor protagonismo en la ciudad de Camagüey desde las diferentes organizaciones obreras que se fueron creando  a partir de 1902 en las tres provincias por donde circulaban sus trenes; que por su amplio entramado de ramales en  Las Villas, Oriente y Camagüey era donde radicaba su centro administrativo y sus talleres.

Pero esa variedad de agrupaciones repercutía a la hora de luchar por los intereses de la clase obrera, en un periodo donde los diferentes gremios estaban dominados por elementos reformistas y plegados a los intereses de la empresa; solamente “La Unión” del Ferrocarril del Norte de Cuba que contaba con la dirección de Enrique Varona González era más radical.

Un segundo factor: la necesidad de una mayor cohesión para la lucha por sus derechos entre los obreros del carril, ya que desde octubre de 1923 el gobierno de Cuba había aprobado la Ley de Consolidación de las empresas ferroviarias radicadas en la provincia en  una sola, surgiendo los Ferrocarriles Consolidados de Cuba a partir de la Unión entre The Cuba Railroad Company, Ferrocarriles del Norte de Cuba y el Ferrocarril de Camagüey  – Nuevitas el 28 de julio de 1924- seis meses después de fundada La Hermandad Ferroviaria de Cuba.

El papel de la lucha de la Hermandad no solo se enmarcó dentro de los ferrocarriles, sino desconociendo las directrices de los dirigentes patronales, apoyaron las luchas de todo el pueblo cubano y de su clase obrera oprimida como cuando se lanzan en apoyo a la huelga general del 8 de agosto de 1933 contra de la feroz dictadura de Gerardo Machado, hombre que tantas veces había pisoteado y reprimido desde antes de ser presidente de la república; a los diferentes gremios del carril existentes en la provincia.

Acompañaron la huelga general del 12 de marzo de 1935 en unión del Sindicato de Empleados de Oficina y La Unión de Talleres en contra del gobierno provisional títere y entreguista del coronel Carlos Mendieta y del hombre fuerte para el gobierno norteamericano en Cuba Fulgencio Batista; así como durante su dictadura entre los años 1952 y 1958, y muchas más acciones que llenarían una a larga lista de sus luchas.

Años puntuales

Los años 1959 y 1960, fueron esenciales en la Hermandad Ferroviaria de Cuba, primero porque supo ponerse  en el lugar correcto al lado de la naciente revolución, primeramente sacando a todos los dirigentes amarillos patronales y poniéndola en manos de obreros ferroviarios de prestigio dentro no solo de la Hermandad, sino de todo el sector ferroviario, cuando el 11 de mayo de 1959 fue elegida la candidatura del MR- 26 de julio Rogelio Aróstegui Recio como presidente de la Hermandad Ferroviaria de Cuba, veterano luchador del sector.

Respaldaron totalmente la nacionalización de los Ferrocarriles Consolidados de Cuba en octubre del propio año con un llamado de seguir trabajando para el existo de la misma.

Un paso importante dado por La Hermandad Ferroviaria de Cuba en unión de las restantes cuatro colectividades ferroviarias, Asociación Ferroviario Talleres la Unión, Ferroviarios y Trabajadores Unidos, la Asociación de Empleados de Oficina y el Sindicato de Empleados de Fiscalización se integraron en una sola organización el Sindicato Único de los Ferroviarios de Camagüey; como forma de fortalecer al movimiento sindical. Dejaba así de existir la Hermandad como gremio sindical.

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