Cada comienzo de febrero vive nuestra ciudad una jornada especial, pues cumple la Villa aniversario de fundada, en esta oportunidad su 507 cumpleaños.
Para estos festejos nos engalanamos siempre con un plan de actividades muy atractivo donde confluyen disímiles organismos, instituciones, organizaciones, y pueblo en general, porque se convierte en una fiesta del pueblo, de la comunidad, llegando estas acciones incluso hasta los más lejanos barrios con el propósito de que todos nos sintamos inmersos en esos agasajos.
En esta oportunidad la celebración es diferente, por las razones que conocemos bien todos los cubanos.
La COVID 19 no permitirá vernos cara a cara en conciertos, concursos, exposiciones y otras tantas creaciones que por esos días suelen realizarse, lo cual no implicará en modo alguno que no se hagan. La creatividad de artistas, funcionarios, técnicos, promotores y tantos otros, se ha puesto en función de que cada evento, incluso internacionalmente, puedan ejecutarse de forma virtual, modalidad que si bien no sustituye la emoción intensa de lo cotidiano, sí resuelve y, desde luego, palea un tanto la carencia de lo habitual.
El programa que ha preparado la Oficina del Historiador de la ciudad para esta fiesta, en esta ocasión también es variado y aunque no podremos efectuar la habitual y ya tradicional peregrinación desde el Parque Agramonte, a la memoria del historiador de la ciudad Gustavo Adolfo Sed Nieve, hasta el cementerio general, para rendir tributo también a trabajadores de dicha institución que dedicaron su vida a la investigación, conservación y al desarrollo de proyectos; con la presencia de familiares ,amigos personalidades de la Cultura. Sí los continuaremos recordando, respetando y percibiendo su presencia y huella en muchos rincones de nuestra Villa, pues con su labor han quedado perpetuados para siempre en la historia de la provincia.
Por eso los invito a que virtualmente hagamos este recorrido, por esta gran ciudad, por este “museo a cielo abierto”, última morada, de tan valiosos compañeros, y llevemos una flor y un lindo pensamiento a cada uno de ellos. Reverenciemos su obra que será recordada para siempre por estas y las futuras generaciones. Comprometidos a continuar su legado para que cada día podamos sentirnos más orgullosos de vivir en una ciudad que parte de su Centro Histórico ostenta la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El próximo año, cuando ya esta horrible pesadilla por la que estamos atravesando ,sea solo eso, un mal sueño; volveremos, pero en vivo, caminando como siempre, por toda la calle Cristo, en silencio y tal vez acompañados de la Banda Provincial de Conciertos, como tantas otras veces, reverenciando a los que continuarán siendo los “imprescindibles.”


