Abuelos aventureros: vivencias sin precedentes

Foto: Alejandro Garcia Gutiérrez
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No son pocas las historias que guardan los abuelos, pero los que voy a presentarle, están fuera de la imaginación de alguien acostumbrado a trabajar con personas mayores. Su energía y empeño por seguir activos a sus 84 años, es asombrosa.

Cuando los conocí no me esperaba a dos personas tan vitales y alegres. Martha Ofelia de la Torres y Arvelio Pérez- Castro, se jubilaron de sus profesiones hace unos 20 años, ella maestra de cuerpo y alma; y él directivo de la empresa distribuidora de Combustibles, hoy CUPET. Ellos armaron su propio negocio de trámites, para tener tiempo disponible y así dedicárselo a lo que aman: viajar por toda la isla y conocer las costumbres y tradiciones de diversas regiones.

Sienten  orgullo especial por las propias del camagüeyano, por sus figuras emblemáticas, por sus plazas y parques, pero Martha tiene un sitio con significado especial: la plaza de San Juan de Dios.

La historia

No es raro entonces que, cuando tuvo lugar la beatificación del Padre Olallo, el 29 de noviembre de 2008, estuviera como invitada de honor en las primeras filas de la ceremonia y le surgiera de allí un bello recuerdo.

En esa ocasión pudo ofrecer al presidente cubano  Raúl Castro Ruz el saludo de la paz y conversar brevemente con él, luego nació la idea de participar en la celebración de los 500 años de las 7 villas fundacionales de Cuba.

Con Raúl

Cuenta que todas las personalidades del gobierno estaban sentadas muy cerca de ella,  notó que nadie iba a llevarles el saludo fraternal  y tuvo la inspiración de sortear sillas, escoltas y llegar hasta el entonces presidente cubano.

Fue algo hermoso, asegura con ternura y picardía, mientras brillan sus ojos, él se conmovió y me presentó a su nieto que era su guardaespaldas, allí a su lado estaba Eusebio leal; a quien aproveché para decirle lo mucho que amo a San Juan de Dios y como quiero que se mantenga hermosa y que la mejoren, a lo que me exhortó a luchar con fuerzas por ese sueño.

Al despedirse le dio la bendición a Raúl, quien muy agradecido le aseguró necesitarla siempre.

Mi querer

Así Martha llama a su esposo de toda la vida y también los vecinos y amigos, porque según ella su nombre no es bonito, ese compañero de aventuras también estaba complacido en seguirla por las 7 antiguas villas de Cuba, en ocasión de celebrarse los 500 años de cada uno.

Con sus propios recursos financiaron cada viaje a las diferentes ciudades coincidiendo con el aniversario. Así pudieron compartir con historiadores, pobladores  y artistas de las localidades. No conocemos otros viajeros con esa ruta en todo el país.

De cada una atesoran las fotografías y un escrito con las comidas, tradiciones, paisajes más llamativos y sus vivencias, porque como esta celebración no se repetirá hasta los próximos 500 años, cree que sus testimonios servirán a los futuros habitantes de Cuba para saber cómo se vive hoy. A esas crónicas les llamó por el camino de las 500.

Arvelio disfruta escribiendo, dice que no es para publicarlo, solo para dejar constancia de lo que pueda ser útil a otros, que como él y su querer,  aman a esta isla llena de colores y sabores y en especial a esta tierra de los tinajones.

El camino recorrido

El camino de las 500 comenzó en Baracoa y terminó en la Capital, en las fiestas intermedias volvieron a encontrarse con Leal y en otras con Raúl, pero al llegar a la Habana y terminar su peregrinación por las 7 villas fundacionales, lamentaron que el historiador de la Habana no estaba presente como les prometió en La Primada.

Fue muy lindo conocer a estos encantadores octogenarios, que como Arvelio mismo comenta, “están fuera de serie”, ellos tienen una receta especial para la felicidad: vivir cada día al máximo, sobre todo dedicándolos a conocer cada pedazo de su terruño, tan lleno de historias, que en compañía de su esposa aventurera… son inmejorables

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