Como la luz de una vela se ha apagado este 26 de febrero la hija de un mambí, la mujer orgullosa de su estirpe que guardó por más de 60 años una reliquia de la nación. Pero también como el cirio mismo, iluminó con sus convicciones a toda su familia a la que dejó la mejor de las herencias: el amor a la Patria.
Eva
Vivir hasta los 100 años es poco frecuente y nos causa siempre admiración, más curios aun resulta sobrepasarlos y celebrar 110, así sucedió el pasado 7 de septiembre de 2020, con Eva de Miranda, la hija del Mambí Don Agustín de Miranda, quien se encargó de guardar una reliquia relacionada con la Constitución de Guáimaro, y hablar de ella a sus herederos.
Sus años ya no le permitieron el diálogo, su hija Noris cumpliendo la voluntad familiar, nos buscó para compartir esta bella historia, que hace algún tiempo publicamos sobre “su tesoro santo de la patria” referente a un ladrillo que perteneció a la casona original de la constitución de Guaimaro y también unos documentos sobre la historia de su padre, quien ofreció digna sepultura a Joaquín de Agüero y a su compatriota Miguel Benavides.
Eva vivió orgullosa de su estirpe y enseño a amar la patria, no solo a sus descendientes, sino a todo el que estuvo cerca, pues sus dotes para las manualidades le permitieron compartir con varias generaciones.
Al apagar sus 110 velitas, la hija del mambí no solo honraba la memoria de su padre y la de Cuba, sino que ofreció una bella lección de vida, pues sin dudas fue muy feliz con sus ideales y dejó a su familia un hogar de honor y devoción por la historia.
Hoy dijo adiós
Sobre el mediodía del 26 de febrero nos dijo adiós, su espiritualidad y valores la mantendrán viva entre sus familiares y amigos, porque sembró el bien y amo tanto a esta tierra, que desde su nuevo destino estará atenta al futuro sagrado que merece esta isla, por la que lucho su padre mambí, el que ella con su actuar digno honró por más de un siglo y hasta el final.