Que su voz acariciara nuestros oídos, desde el Conjunto Dramático de la Radio Nino Moncada, espacio al que dedicó sus últimos años, era un verdadero disfrute. Imaginar personajes y sitios hermosos contados por él, ya sea en una radionovela o en una serie histórica, te llevaban a visualizar al peor villano o al más romántico de los caballeros. Así era el querido locutor: Jorge Armando Morán.

La lamentable noticia de su muerte se esparció por las redes sociales este 6 de agosto, dejando una impronta indeleble en las normas del buen decir, gracias a su eterna preocupación por la calidad de todo lo que transmite su querida emisora Radio Cadena Agramonte; a la que dedicó medio siglo y a la que consideraba su hogar.

Dotado de una voz potente e inconfundible, puso un sello único al popular espacio Zafra Musical, programa que por muchos años ganó una gran audiencia, la que le permitía entrar cada mañana en miles de hogares camagüeyanos, con informaciones de interés, música cubana, la actualidad del Ejército Juvenil del trabajo (EJT) y de otras aristas productivas.

Ante la partida del artista nos reunimos en la Plaza de los Trabajadores radialitas, oyentes y familiares; para ofrecerle un último homenaje y decirle un hasta siempre, a quien tanto nos enseñó sobre el cuidado de la lengua materna.

El homenaje

Con un valor inigualable ante el dolor por la pérdida, su colega Orestes Navarro, realizó las palabras de despedida del duelo, en una mesita a la entrada de su querida emisora. Junto a una foto reposaban sus cenizas, que por expresa voluntad, serían esparcidas en las inmediaciones del sitio que visitó cada día y donde creció como profesional de la palabra, desde su consagración.

Ante cada mensaje de evocación, un joven de alta estatura, como lo fue Morán, sollozaba ante mí. Una señora lo sostenía del brazo, luego supe que era su sobrino, quien había traído en brazos el ánfora con los restos mortales. A su lado la hermana del locutor, a quien sólo atiné a darle mis condolencias.

Suspiros y algunas lágrimas silenciosas ahogaron a sus colegas. La locutora Adelfa Valdez, recordó con nostalgia sus intercambios desde muy jóvenes, ella desde Radio Santa Cruz y él ya en Zafra Musical, ambos comentando a través de un enlace telefónico, sobre la labor de los muchachos del EJT, apoyando la zafra azucarera en cada uno de sus territorios.

Lo recuerdo al cruzarnos en cada pasillo de la Radio, siempre con sus poses de caballero, que te cedía el paso y con su potente saludo, te hacía recordar que andabas muy cerca de los estudios radiofónicos.

El adiós no es definitivo

Se ha marchado el locutor Armando Morán, su voz inconfundible quedará para siempre en la memoria de sus compañeros y oyentes, que hoy fuimos a acompañarlo.

La genuina manera de su buen decir y su amor por el medio, marcaron un tiempo y un espacio en el proceso y la historia de la radio camagüeyana. Por eso, su impronta ha de quedar en el aire para permanecer en el sitio donde estuvo tanto tiempo: en el corazón del pueblo.