Álvaro Morell y su actividad revolucionaria

Foto: Cortesía del autor
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Por: Ricardo Muñoz Gutiérrez

Álvaro Morell Álvarez (Charles) nace el 5 de enero de 1936 en la ciudad de Camagüey. Su hermana Conchita lo recuerda “…como un niño tranquilo en la casa, educado, incapaz de faltarle el respeto a alguna persona mayor, e incluso hasta a los amigos.”

Cursa la enseñanza primaria en Camagüey, y en el año 1950, con 14 años, matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza de la localidad.

Desde muy temprana edad, Charles muestra preocupación ante la injusticia y los maltratos; por eso desde el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 comienza a manifestarse y a luchar contra la tiranía de Fulgencio Batista.

Durante los años 1953 y 1954, se vincula en el Instituto a estudiantes y jóvenes revolucionarios como Jesús Suárez Gayol, con quienes comparte actividades de dirección estudiantil, y con Cándido González Morales.

A fines de julio o principios de agosto de 1955, cuando se funda el Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la provincia, es designado responsable del Frente Económico -encargado de la recaudación de las finanzas necesarias para sostener la lucha revolucionaria.

El desembarco del Granma y la muerte de Cándido determinan la intención primero y decisión después, de irse a la Sierra Maestra; pero, las tareas revolucionarias en la provincia lo impiden. Posteriormente, intenta incorporarse al Ejército Rebelde, logra llegar hasta las montañas; pero varias dificultades lo obligan a regresar.

Ahora en la ciudad, continúa destacándose en las actividades revolucionarias; su vida corre peligro pues la persecución por los cuerpos secretos del régimen sobre su persona es permanente. Varias detenciones determinan que sea rara la noche que puede dormir en su casa y contados los días, en que no pesa sobre su persona la amenaza de un esbirro.

Cuenta Gustavo Caballero Oñoz que una vez estuvo detenido junto con Charles y el padrastro hizo gestiones, “…vinieron a ponerlo en libertad y preguntó qué pasaría conmigo. Cuando supo que yo me quedaría, alegó: Si a él no lo sacan conmigo, yo no me voy de aquí.” Y así lo hizo.

Por la posibilidad de una nueva detención y el real peligro de ser torturado o un cobarde asesinato, la dirección del M-26-7 decide que abandone el país. El 8 de octubre de 1957 sale al exterior y se radica en la ciudad de Miami, en los Estados Unidos.

Su hermana cuenta que el padre lo visitó y “…lo encontró con tremenda neumonía, prácticamente descalzo con el único par de zapatos que tenía desfondado y sin un abrigo que ponerse en pleno invierno… no era por falta de dinero, él trabajaba allá muy duro en una fábrica de sillas, pero todo el dinero lo destinaba a comprar armas.”

En esa época, ya Charles evidencia tener conocimiento de las causas de los problemas políticos, económicos y sociales de Cuba y el papel del imperialismo. En carta a los familiares expresa: “…es necesario prepararse para derrumbar el gran poder imperial y solo sistemas opuestos podrán cumplir el cometido”.

Residiendo en Miami comprende que no era el lugar adecuado para realizar actividades revolucionarias en contra del gobierno existente en Cuba y, muchos menos, desde ese lugar existía la posibilidad de regresar en una expedición a Cuba.

Con conocimiento de que en México se preparan grupos expedicionarios para venir a Cuba, viaja a México el 28 de enero de 1958. Realiza entrenamiento militar y cuando sabe que se prepara un contingente para una expedición, junto a otros compañeros, se incorporan; son conscientes de que el Partido Auténtico y los responsables del plan no eran verdaderos revolucionarios; pero, era la única opción posible.

El regreso a la Patria para combatir es el objetivo principal; la expedición está al partir y Charles lleva una bandera del 26 de Julio que piensa enarbolar al llegar a Cuba.

Cerca de Veracruz, en el Golfo de México la embarcación se encalla; el mar está furioso, pero es necesario bajar y empujar. Charles se ofrece como voluntario y junto a otros se tiran al agua. No se quita la camisa ni las botas. Se hace una cadena de hombres, la tarea les lleva tiempo, hasta que al fin logran que la nave quede libre y comience a moverse.

En ese momento se rompe la cadena humana; los expedicionarios suben, excepto Charles y Ramón Rodríguez, pero el barco no se detiene. Algunos llaman a los que no pudieron subir, pero no oyen respuesta; piden que se detenga la marcha, y no se hace.

Los héroes quedan abandonados en las aguas el 26 de abril de 1958.

Fuentes:

– Cruz Palenzuela, María Delys: “Charles” En Adelante, sábado 26 de abril de 2003. p. 2.

– Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC, Camagüey. Síntesis Biográficos de Mártires Camagüeyanos, 1953-1967, pp. 67-68.

– Oscar Asencio D. H. La Expedición de Campeche. Editorial de Ciencias Sociales, la Habana, 1983, p.43.

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