El principeño Antonio Lorenzo-Luaces Iraola en julio de 1869 fue nombrado Jefe de Sanidad de Oriente y ratificado por decreto presidencial del 4 de abril de1870. Sin embargo, se mantuvo al lado de Ignacio Agramonte como soldado de filas, curó sus heridas. En 1874 fue ascendido a Coronel.
Se destacó en numerosos combates, cayó prisionero el 19 de abril de 1875, al día siguiente, fue conducido a Puerto Príncipe y el 21 fue fusilado por el ejército español.
Junto a su hermano Emilio Lorenzo-Luaces Iraola, formaron parte del Cuerpo de Sanidad del Ejército Libertador. Este Cuerpo fue creado por Decreto en abril de 1870 por el Presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo. Se nombró un Jefe Superior de Sanidad y un Jefe de Sanidad por cada departamento: Oriente, Camagüey y Las Villas. (Abreu, J.E. 2008).
Cerca de 70 profesionales de la salud conformaron el Ejército Libertador. Se destacaron no solo por sus saberes médicos sino también por su participación activa como combatientes.
Camagüeyanos en la asistencia médica mambisa. En la guerra de los Diez Años se distinguieron:
El General de brigada y odontólogo Ángel del Castillo Agramonte. Nombrado jefe de la Segunda Brigada de la Primera División de Camagüey bajo las órdenes de Ignacio Agramonte Loynaz.
También bajo el mando de Ignacio Agramonte, se destacó el General de brigada y odontólogo Luis Magín Díaz Zayas-Bazán, quien se alzó el 4 de noviembre de 1868.
Conformó este Cuerpo igualmente el coronel médico cirujano Eduardo Agramonte Piña, primo del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz.
El coronel Emilio Lorenzo-Luaces Iraola, les dio la libertad a sus esclavos. Se incorporó al segundo Escuadrón de Cazadores Montados de Camagüey. Fue uno de los 35 centauros que rescataron a Julio Sanguily el 8 de octubre de 1871. Ocupó el cargo de Jefe de Sanidad de la Brigada Norte de Camagüey bajo las órdenes de Ignacio Agramonte y Loynaz.
El doctor Rafael Argilagos Ginferrer, coronel médico cirujano. Se distinguió por su arrojo y su caja de instrumentos quirúrgicos. Cayó combatiendo, su cuerpo fue herido por proyectiles y destrozado por las bayonetas de las tropas del ejército español
Francisco Rafael Argilagos Ginferrer, primer oftalmólogo mambí e inventor del filtro de luz aneritra para la oftalmoscopia. Filósofo y periodista, además. Alcanzó el grado de coronel y médico cirujano del Estado Mayor en Jefe del Ejército Libertador. Donó toda su fortuna a la causa revolucionaria. En la República escribió un artículo contra la Enmienda Platt y lo dejaron cesante.
Durante la Guerra del ´95 se destacaron:
El General de Brigada Eugenio Sánchez Agramonte, médico, cirujano. Se desempeñó también en la jefatura del Tercer Cuerpo. Y el 4 de diciembre se le nombró Jefe superior de Sanidad Militar.
Oscar Primelles Cisneros, Teniente coronel, médico, quien murió el de diciembre de 1895 cuando dirigía una carga contra una guerrilla española en los cañaverales del ingenio Congreso.
Hospitales de Sangre
Se distinguen los Hospitales de Sangre fundados por la Capitana Rosa Castellanos Castellanos, La Bayamesa, en las lomas de Najasa. Fundó el hospital de guerra más grande de las luchas independentistas en San Diego del Chorrillo, al norte de Santa Cruz del Sur, durante la Guerra de 1868. En el `95, con 60 años de edad, cuidó del hospital de sangre Santa Rosa, en Najasa.
Centro de vacunación
Ante la epidemia de viruela de 1896, uno de los efectos de la reconcentración de Valeriano Weyler, que cobró gran cantidad de vidas se desarrolló una estrategia sanitaria para hacer frente a la situación, iniciativa de Máximo Gómez en reunión con los doctores Eugenio Molinet Amorós y Gustavo Pérez Abreu. Se elaboró: Preceptos preventivos ante el surgimiento de la epidemia viruelas, elaborados en La Araucana, Camagüey, el 20 de septiembre de 1896, y discutidos y aprobados por el Consejo de Gobierno de la República de Cuba en Armas, en Imías, Camagüey, el 11 de octubre de 1896. El máximo órgano de Gobierno, dirigido por Salvador Cisneros Betancourt, aprobó las medidas sanitarias. En la provincia de Camagüey, se fundó un centro de vacunación contra la propagación de la epidemia de viruela. No obstante el estado de guerra dificultó la mayor eficacia de las medidas.
Nota:
Es digno de admirar la asistencia médica de los mambises cubanos por su intrepidez, organización y vínculos de los conocimientos científicos y tradicionales al servicio de la Patria.
Bibliografía
Abreu, J.E. (2008) Experiencia aportada por los médicos militares cubanos en la guerra por la independencia del siglo XIX. (Documento PDF Universidad de Ciencias Médicas).
Castillo, C. (2018) La asistencia médica en el Ejército Libertador, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.