Antonio Maceo y Grajales: La trascendencia de una fecha

Fotos: Cortesía de la autora
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Cuando el Mayor General Antonio Maceo y Grajales, libraba una exitosa campaña en el extremo más oriental de Cuba, a pesar de los 81 000 efectivos que Valeriano Weyler había concentrado para su aniquilamiento, su solicitud de 500 hombres como refuerzo, no llegó. No tuvo la anuencia del Gobierno de la República en Armas ni del Delegado del Partido Revolucionario Cubano.

En estas circunstancias, Máximo Gómez, solicitó a Maceo que se trasladara a Las Villas, ─declinaba su campaña en Occidente─. Aunque renuente a partir, pues “su partida impediría la realización de nuestro propósito, o sea, coronar la Invasión con el Ayacucho”. Maceo consecuente con su carácter disciplinado decidió que debía regresar, así lo hizo…

La muerte trastornó el curso de la guerra

La noticia de su muerte consternó el curso de la guerra. Panchito Gómez Toro salió en busca de su jefe, su paradigma, su orgullo. Halló el cuerpo sin vida, prorrumpió en ayes de dolor.  Una bala lo derribó sobre el cuerpo inanimado de Maceo, y escribió una nota suicida a su familia:

Mamá querida,

Papá, hermanos queridos:

Muero en mi puesto, no quiero abandonar el cadáver del general Maceo y me quedaré con él.  Me hirieron en dos partes. Y por no caer en manos del enemigo, me suicido. Lo hago con mucho gusto, por la honra de Cuba.

Adiós seres queridos, los amaré mucho en la otra vida como ésta. Su Francisco Gómez Toro.

En Santo Domingo. Sírvanse, amigo o enemigo, mandar este papel de un muerto.

 

Anotó, el historiador José Luciano Franco.  Cuando cinco militares españoles se acercaron, Panchito aún vivo, fue rematado por un práctico español y saquearon los cadáveres.

Pacto de silencio

En medio de tanto desespero el coronel Juan Delgado, al enterarse del abandono de los cuerpos, se fortaleció en intrepidez… y gritó: “ el que sea cubano, el que sea patriota, y el que tenga lo que tiene que tener…” le siguieron dieciocho hombres para el rescate de los compatriotas ya sin vida. Los cadáveres fueron trasladados primero al pozo de Lombillo, luego al Cacahual.

Tras un pacto de silencio no se reveló el lugar de enterramiento. Pedro Pérez un campesino habanero y sus hijos enterraron los restos del General Antonio Maceo y su ayudante Panchito Gómez Toro. El poder colonial jamás pudo exhibir como trofeo, los cadáveres de Maceo y Gómez.

Trascendencia de un paradigma

Maceo: representante de lo más avanzado de las ideas políticas y sociales, era un ejemplo vivo y actuante, presente en las primeras páginas de toda la prensa mundial. Lo compararon con las leyendas militares de Leonidas, Aquiles, Alejandro, Cesar, Aníbal, Napoleón, Espartaco, Bolívar, San Martín, O’ Higgins, Sucre o Páez, libertadores de pueblos, referenció el intelectual Eduardo Torres-Cuevas.

Operación Tributo. La honra a un héroe

El 7 de diciembre de 1989 fue escogida la fecha para dar compromiso moral de la Revolución, de traer a la patria, los restos de los internacionalistas caídos en tierras hermanas, en cumplimiento de misiones militares y civiles, es así como el acto de despedida del duelo se realizó precisamente en el Cacahual, ante la tumba del invicto Titán de Bronce.

A lo largo y ancho del país el pueblo vestido de miliciano, en hombros de mujeres y hombres los restos de los mortales de los combatientes internacionalistas se depositó en los vehículos que los trasladarían a las trincheras por siempre hacia donde las nuevas generaciones les ofrecen cada 7 de diciembre honroso tributo en digna fecha. Fidel Castro, expresó: “fue siempre de profunda significación para todos los cubanos la fecha memorable en que cayó, junto a su joven ayudante, el más ilustre de nuestros soldados, Antonio Maceo.”

Camagüey… Por los caídos

La peregrinación del pueblo comienza cada 7 de diciembre muy temprano en la mañana en la emblemática Plaza Maceo de la ciudad de Camagüey, solemnemente hasta el Cementerio General se traslada el homenaje. Es el Panteón de los Caídos por la defensa el sitio que guarda los restos de los que dejaron sus vidas en el campo de batalla.

Combatientes de generaciones varias, familiares, hijos, padres, amigos, jóvenes, pueblo en general se unen al concierto de honrar a los que infinitamente lo merecen.

Bibliografía

Escalona, Israel y Torres, Damaris. (Coordinadores) (2016) Dos titanes en la historia de la cultura cubana. Editorial Ediciones Santiago, Santiago de Cuba, Cuba.

Franco, José Luciano, (1975) Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.

Torres-Cuevas, Eduardo (2012) Antonio Maceo. Las ideas que sostienen el arma. Imagen Contemporánea, La Habana. Cuba.

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