Por: Claudia Sánchez (Estudiante de Periodismo)
La poesía es una de las formas más puras que el ser humano encontró para expresar los asuntos del alma. Así como la música, las artes plásticas y la literatura en general, la poesía representa las emociones que brotan desde dentro para reflejar la entrañable realidad.
La ciudad presume ser la cuna de la literatura en Cuba, defiende el legado de la primera obra literaria y poética escrita en el país: Espejo de Paciencia, del escribano español Silvestre de Balboa.
De nuestra comarca florecieron poetas capaces de lograr un patrimonio intangible en la provincia. Sentimientos de amor por la llanura y las características que definen a los camagüeyanos, se ven reflejadas en las obras de estos artistas.
De color ocre imagino nuestros versos, los que se escribieron con el tiempo, los que redactó la Avellaneda desde la añoranza a su terruño. Los de Guillén, el poeta del son que se inspiró en lo criollo, en el barro y el tinajón para lograr la armonía que significa la cultura cubana.
Enamorados de la poesía
Aurelia Castillo, fue otra de las hijas del Camagüey que engrandecieron la provincia con sus letras, reflexionó siempre ante el amor, los derechos de la mujer, el patriotismo, el exilio. Siempre recordó su pedacito natal y como Gertrudis, se adelantó a su tiempo en pensamiento.
Las generaciones que emergen de la novedad siguen apostando por esta manifestación, pues al día de hoy se respira en nuestras calles antiguas los poemas de audaces artistas enamorados del atardecer y la ciudad.