Por estos días en los que los cubanos encienden sus televisores cada mañana para actualizarse sobre la situación epidémica del país, no se puede olvidar la figura de Carlos J Finlay, uno de los epidemiólogos más importantes no solo de Cuba sino del mundo.
María del Carmen Pontón, directora de la Casa Natal Carlos J Finlay nos comenta sobre la trayectoria de esta insigne figura de la ciencia cubana.
“Carlos J Finlay realizó varios estudios en el terreno de las enfermedades tropicales, y con sus investigaciones determinó que el mosquito Aedes Aegypti era el agente transmisor de fiebre amarilla, resultados que expuso ante un auditorio de especialistas, reunidos en la Conferencia Sanitaria Internacional de Washington.
“Es importante destacar que transcurrieron casi 20 años para que se le reconociera la validez de sus investigaciones, las cuales quisieron ser arrebatadas por el doctor norteamericano Walter Reed.
“Su concepción científica estuvo dirigida a resolver grandes y complejos problemas epidemiológicos que podían suscitarse en el desarrollo de las enfermedades infecciosas en el hombre. Con esto entró en el dominio más profundo y completo de los adelantos científicos de la época. Tanto es así que sus estudios sobre la fiebre amarilla contribuyeron en gran medida a que se pudiera terminar la construcción del Canal de Panamá.
“El método de fumigación con petróleo en la lucha contra el Aedes Aegypti se lo debemos él.”
¿Qué otras investigaciones de importancia realizó?
“Estudió otras enfermedades como el cáncer. También hizo varios aportes en la oftalmología y la pediatría, sobre todo en el tiempo en que se deberían sacar los niños a la calle.
“Además, hizo descubrimientos sobre el Bacilo de Koch y la Tuberculosis. Su investigación sobre el Cólera Morbo y la determinación de su origen hídrico, es uno los resultados más trascendentales de su obra y una importante expresión de contribución al método epidemiológico moderno. Estas conclusiones las obtuvo luego de su estudio de la Zanja Real de la Habana.”
¿Desempeñó algún cargo en la dirección de salud del país?
“A principios del siglo XX creó la Escuela Cubana de Higienistas. También fue nombrado Jefe nacional de Sanidad y del Departamento de Sanidad municipal de la Habana.
“Además, fue nombrado Presidente de Honor de la Junta nacional de Sanidad y Beneficencia.
“Instituyó varios decretos, leyes, órdenes, circulares y disposiciones entre las cuales suman más de 100. Entre ellas destacan:
- La práctica gratis de la vacunación.
- La prohibición de arrojar basura a la vía pública.
- La prohibición de fumar en los carros y tranvías de la Habana.
- Crea la Junta Superior de Sanidad, de la cual se desempeña como Presidente.
- Aprueba una Circular con instrucciones para la brigada de fumigación y petrolización, antecedente de la campaña anti vectorial en Cuba.
- Elaboró un Manual de Práctica Sanitaria ajustado a las necesidades locales de gran utilidad en el país.
“Como se puede apreciar algunas de estas medidas todavía se aplican, lo que demuestra el legado de esta figura en la actualidad.”
A pesar de todo esto, quizás no tuvo todo el reconocimiento internacional que mereció.
“Carlos J Finlay fue nominado siete veces al Premio Nobel y nunca le fue otorgado, pero si analizamos su obra de vida nos percatamos que los premios no eran lo más importante para él, sino el saneamiento del pueblo y legar a las nuevas generaciones instrucciones válidas para enfrentar las enfermedades.
“Sus conocimientos ayudaron a sanear el país, fundamentalmente la Habana, y también contribuyeron a luchar contra la gripe española. Aunque no tiene ningún premio Nobel, la historia ha sabido recompensarlo y en la actualidad es reconocido como uno de los seis microbiólogos más importantes del mundo.”
Hoy precisamente el legado de Finlay está bien marcado en toda la comunidad de las ciencias médicas cubanas, pues ellos al igual que él, no necesitan de un Nobel para salvar vidas, porque llevan el agradecimiento del mundo a su valentía y humanismo, huella que ningún premio podrá recompensar.