Casa Natal Finlay, la defensa de un paradigma científico

Foto: Archivo OHCC
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Juan Carlos Finlay Barrés es identificado como el sabio que venció la ignorancia, benefactor de la humanidad, gloria de la medicina; entre otros apelativos que hacen trascender su nombre y figura. Su teoría tuvo alcance universal al salvar a la humanidad de un gran flagelo, consiguiendo demostrar la verdad sobre el agente transmisor de la fiebre amarilla, además de incursionar en otras aristas de la medicina y las ciencias.

Nace en Puerto Príncipe, hoy Camagüey, el 3 de diciembre de 1833 en la vivienda ubicada en Cristo No. 5 entre Pamela Fernández y Lugareño; inmueble que en 2002 se convierte en una institución cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.

Esta institución, inaugurada un 2 de diciembre, tiene como propósito fundamental desde hace ya 18 años, la divulgación de la vida y obra del destacado científico, contando con bibliografía especializada y proyectos a fines a esa misión. Atractivos espacios de la colonial vivienda acogen eventos, talleres y jornadas de los diversos centros científicos del territorio y trata de satisfacer las necesidades y predilecciones de la población en general, con preferencia del adulto mayor; asimismo se exhiben muestras del quehacer y resultados científicos de diversas instituciones en la provincia.

Proyectos encaminados a mejorar la calidad de vida se dan cita en este lugar: prácticas de Tai Chi, Arteterapia como modalidad rápida y efectiva para la rehabilitación social y la Peña Para vivir, actividad caracterizada que agrupa personas con intereses afines y propicia el intercambio de experiencias y estimula las relaciones humanas. Se suman a los anteriores, con recomendaciones para una vida saludable y consejos útiles para toda la familia, el proyecto de la Dieta Macrobiótica y el de Aprendiendo a vivir con el Parkinson.

Entre los proyectos más populares y longevos de la Casa se encuentra el de “Conocer sobre Partes útiles de uso popular y tradicional de las plantas medicinales”, el cual deriva en círculos de interés y talleres de verano con niños y jóvenes, a la vez que incita a la creación de viveros en escuelas y áreas de residencia. Personas interesadas en la protección animal y en el cuidado y preservación del medio ambiente, también tienen cita una vez al mes en los intercambios del proyecto El sueño de un hogar.

Acercarse al valioso inmueble es también una cita con la historia, y con el conocimiento de un paradigma científico, con un estilo de vida saludable y la construcción paulatina de una armonía provechosa con el medio circundante.

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